sábado, 27 de mayo de 2017

Debate con la conducción del pueblo kurdo: ¿Habrá liberación nacional de la mano del imperialismo yanqui?

Por Juan Giglio

Un año atrás comenzaba la ofensiva contra la “Capital del Califato”, la ciudad de Raqqa, operación que cuenta con el despliegue mayoritario de las guerrillas kurdas - YPG/YPJ - aunque está siendo dirigida políticamente por el gobierno de los Estados Unidos, que aprovechó esa coyuntura para profundizar el desembarco de pertrechos y fuerzas propias. (Leer nota nuestra de un año atrás)

Hasta las batallas de Kobane y Tal Abyad – triunfos obtenidos por las milicias, que se apoyaron en la movilización multitudinaria de las masas del Kurdistán turco o Bakur y sectores solidarios de todo el mundo – los yanquis no eran más que “aliados” tácticos y coyunturales de las YPG/YPJ, concentrándose en la tarea de bombardear a ISIS en ciertos puntos.

El imperialismo tuvo la política de chantajear a los kurdos, jugándose a convencerlos de que no podrían consolidar su dominio sobre Rojava sin el apoyo aéreo y logístico de la “Coalición”. De hecho, podrían haber ayudado a terminar los combates de Kobane mucho antes, solo con bombardear las líneas de suministro del Estado Islámico, cosa que nunca hicieron.

Recién después de que los kurdos recuperaran la mayoría de la ciudad, los jets estadounidenses atacaron la estratégica colina de Mishtenur, facilitando el triunfo total de las guerrillas. Los yanquis utilizaron esta “carta” para intensificar la presión sobre la conducción kurda, que hasta ese momento negaba la posibilidad de “coordinar acciones” con EE.UU.

El retroceso de la movilización del pueblo kurdo en Turquía, luego del intento fallido de “golpe”, cambió la situación, porque el aislamiento de las milicias con la retaguardia turca - multitudinaria y combativa - empujó a la vacilante dirección del PYD hacia los brazos de Obama, que no desaprovechó esto para meterse con todo en el norte de Siria.

Quienes reivindican este reposicionamiento, se excusan en que “no habría manera de enfrentar a semejante cantidad y calidad de enemigos sin contar con alianzas militares tácticas”, o que “sería imposible que Rojava se mantuviera sin estas, ya que la segunda potencia de la OTAN - Turquía -está al acecho del otro lado de las fronteras”.

La conducción política de las guerrillas de Rojava eligió el camino “más corto”, en vez de apoyarse en la movilización de los trabajadores y los pueblos de todo el mundo, que miran con mucha simpatía la “Revolución de los Cantones”. ¡El rumbo que permitió que las masas vietnamitas derrotaran a un enemigo más poderoso que Turquía e ISIS juntos: EE.UU.!

Algunos años atrás los palestinos de la Franja de Gaza expulsaron al poderoso ejército sionista con una combinación similar - la guerra de túneles y una campaña de solidaridad internacional - que le ató las garras a la bestia israelita, obligándola a retroceder de manera humillante. ¡Obvio que elegir este camino no es sencillo, porque parece ser el más tortuoso!

Sin embargo es el más seguro, porque otorga un “crédito” fundamental, como es la total y absoluta independencia de los poderes internacionales, una opción, que si se la toma, provoca rápidamente la empatía de millones en todo el mundo que odian a los imperialistas, ya que están peleando contra los planes que aplican sus agentes locales.

Desde Convergencia Socialista y el espacio unitario Kurdistán Desde el Sur, nos hemos ubicado desde el principio - y seguimos estando - en la trinchera  del pueblo kurdo, porque su lucha es una causa más que justa. Eso no nos impide cuestionar, incluso con dureza, la política de sus dirigentes, que al elegir el “camino más corto” se ataron al carro del imperialismo.

A los yanquis y a sus aliados - con Donald Trump a la cabeza - no les interesa la autonomía o independencia del Kurdistán, sino hacerse dueños de los recursos y la excepcional ubicación geopolítica de la región.  La única salida para los pueblos kurdos, árabes, palestinos, yezidíes, turcomanos, asirios, baluchis, etc. es unirse y echar a sus enemigos locales e imperiales.

La derrota de los capitalistas - que los oprimen nacionalmente y explotan socialmente - les abrirá las puertas de la construcción de una sociedad distinta, sin explotados/as ni explotadores/as: la Federación de Estados o Regiones Autónomas Socialistas de Medio Oriente, asentada en asambleas democráticas y milicias populares.

lunes, 15 de mayo de 2017

Carta del espacio Kurdistán Desde el Sur al Comité de Solidaridad con Kurdistán de Argentina

Carta enviada varios días atrás al Comité de Solidaridad con Kurdistán, de parte de KDS

Estimados compañeros del Comité de Solidaridad:

Los integrantes del colectivo que llevamos adelante desde 2015 el programa de TV y blog “Kurdistán desde el Sur” les escribimos para manifestarles nuestra profunda preocupación por la situación actual en Kurdistán, particularmente en Kurdistán occidental (Rojava) y el funcionamiento que viene teniendo el Comité de Solidaridad. Desde la movilización de noviembre de 2016 para repudiar el encarcelamiento de los dirigentes del HDP, el comité no ha convocado a ninguna movilización o acción de protesta en las calles.

Y no es que hayan faltado motivos para ello. La represión del Estado turco contra el movimiento de liberación nacional kurdo y los sectores de izquierda y democrático en Turquía no se ha detenido, sino todo lo contrario. En Rojava, el Estado turco ha traspasado recientemente un nuevo límite al atacar directamente a las fuerzas de YPG/YPJ y a la población civil de Rojava.

Este ataque ha contado con la venia de las potencias imperialistas, tanto de las que integran el bloque europeo occidental-norteamericano, como de Rusia. Esto ha sido señalado recientemente por la compañera Melike Yasar, representante del KJA para América Latina, así como por otrxs dirigentes del movimiento de liberación nacional kurdo.

El compañero Rizan Altun, miembro del Consejo Ejecutivo del KCK, declaró a la agencia ARA News que el ataque turco contra Rojava fue instigado por Rusia con el objetivo de lograr que las FDS se subordinen a las fuerzas regulares de la República Arabe de Siria, lo que implicaría de hecho la desaparición de la Administración Federal del Norte de Siria-Rojava y su reintegración al Estado sirio liderado por al Assad y el partido Baath.

Es bien conocida la negativa del régimen de al Assad a aceptar siquiera una limitada autonomía para los kurdos de Siria, en consonancia con su ideología nacionalista árabe y las políticas de persecución anti-kurdas llevadas a cabo por ese régimen durante décadas.

Ante toda esta situación, el Comité de Solidaridad no sólo suspendió la tradicional movilización del 9 de enero para conmemorar el martirio de las compañeras Sakine Cansiz, Fidan Dogan y Leyla Saylemmez, sino que la celebración del Newroz, que tradicionalmente se hacía en espacios abiertos y para el pueblo kurdo de Bakur constituye una ocasión de lucha y resistencia contra la opresión del estado turco, se redujo a un recital de música kurda y armenia en el auditorio de ATE.

Independientemente de las diferencias que podamos tener con la dirección del movimiento de liberación nacional kurdo, la solidaridad de los que hacemos KDS con el pueblo kurdo ha sido demostrada en múltiples ocasiones durante todos los últimos años.

Esto es más relevante teniendo en cuenta la situación que vive la Argentina, caracterizada por una feroz política de ajuste económico y políticas reaccionarias en general, la cual lleva a las organizaciones de izquierda y progresistas a la necesidad de volcar su energía militante a la resistencia contra esas políticas. Vemos con sincera preocupación que en el momento en que las potencias imperialistas y los regímenes de la región unen sus fuerzas para aplastar la lucha del pueblo kurdo tanto en Bakur como en Rojava, la acción del Comité se reduce a actividades culturales y de difusión que resultarían más adecuadas para una coyuntura política de menor gravedad.

Por eso es que proponemos al Comité la realización en breve plazo de alguna actividad, ya sea una movilización a la embajada turca u otro lugar simbólico, o un acto en algún lugar céntrico de Buenos Aires, para repudiar la agresión del Estado turco contra Rojava y la complicidad de las potencias imperialistas y los regímenes de la región con esa agresión.

Colectivo “Kurdistán desde el Sur”

sábado, 29 de abril de 2017

¿Frenar la invasión turca a Rojava de la mano de los yanquis o recurriendo a la movilización solidaria de los pueblos de todo el mundo, como en Vietnam?

La conducción del pueblo kurdo moviliza a sus bases para reclamarle al bandido Trump que frene a los bandoleros conducidos por el "Sultán" Recep Tayyip Erdogan. ¡Un camino que los conducirá a transfomar Rojava en una nueva versión del KRG  que es la "región autónoma" kurda de Iraq conducida por el agente del imperialismo Barzani.
Por Juan Giglio 

Según el sitio de informaciones kurdo Kohmnews, “El Movimiento por una Sociedad Democrática - TEV-DEM - la coalición de organizaciones que gobierna la región del norte de Siria denominada Rojava,  hizo un llamado a los poderes internacionales a participar activamente en el proceso imponiendo la prohibición de vuelos en la zona, de manera de evitar los ataques aéreos de Turquía contra el pueblo kurdo”.  

El dirigente del TEV-DEM Muhammad Hassan explicó a otra agencia - la rusa Sputnik - que “Luego de estas últimas agresiones, nosotros repetimos firmemente el llamado a la imposición de una zona libre de vuelos sobre el norte de Siria”. Y, dirigiéndose a los participantes de la reunión que tendrá lugar en los próximos días en Kazajtán, en la ciudad de Astana, les pidió que traten la posibilidad de acordar esto en la misma.

La semana próxima tendrá lugar una nueva ronda de negociaciones sobre la cuestión siria en esta localidad, en la que participarán funcionarios de Rusia, Turquía, Siria e Irán junto a expertos de las Naciones Unidas. A ellos, Hassan les exigió: “Queremos que los países más poderosos, como Estados Unidos, la Federación Rusa o la Unión Europea nos ayude para satisfacer esta demanda.”

Este reclamo atenta contra los intereses estratégicos del pueblo kurdo, ya que significa, en los hechos, la consolidación del desembarco de tropas yanquis en Rojava, que no están ahí para proteger los deseos autonomistas del Kurdistán Sirio o Rojava sino sus propios intereses, que tienen que ver con el control del área y el manejo de los recursos naturales, principalmente del petróleo.

Con esta política, la conducción kurda está haciendo retroceder el proceso revolucionario que dio un salto dos años atrás con la derrota de Estado Islámico en Kobane y, posteriormente, con la unificación de los cantones luego de la recuperación de Tal Abyad. Para que Estados Unidos cumpla con el pedido de los dirigentes de Rojava tendría que fortalecer su presencia en el lugar, enviando más efectivos y pertrechos.

De esta manera, los yanquis afianzarían su poderío político y militar, transformándose en carceleros del heroico pueblo kurdo. Por eso, Donald Trump, que tiene claro estos objetivos, no solo permite que continúen las agresiones fronterizas del ejército turco, sino que fue el primero en alentarlas, reconociendo rápidamente el triunfo fraudulento del dictador Erdogan en el Referéndum Constitucional y envalentonándolo para organizar la invasión a Rojava.

La única manera de defender los intereses del Kurdistán es recurriendo a la movilización de los trabajadores y los pueblos de todo el mundo, rompiendo los lazos políticos y militares con las potencias imperialistas antes que sea tarde, porque: ¡No habrá liberación nacional, social y de género con Estados Unidos y Rusia o sus agentes regionales como Barzani, Rohuani y Bashar al Assad, que son feroces enemigos de los pueblos!

Las milicias kurdas se han ganado un respeto enorme en todo el mundo debido a su heroica lucha contra Estado Islámico, que tuvo hitos magníficos en Kobane y Tal Abyad. Hay que apoyarse en esa autoridad para organizar una campaña de solidaridad internacional como la que se desarrolló durante la guerra de Vietnam. Gracias a esta las masas le ataron las garras a los dueños del mundo, facilitándole la victoria a los guerrilleros del Vietcom. 

El camino de las alianzas con el imperialismo convertirá a las conquistas de Rojava en papel mojado, lo más parecido a la “autonomía” que rige actualmente en el Kurdistán de Iraq, donde la única libertad que rige es la de los monopolios imperialistas para saquear el petróleo de la mano de los “peshmergas” de Barzani, un moderno virrey de los poderosos.

miércoles, 26 de abril de 2017

Erdogan ataca Rojava mientras Trump le allana el camino para la invasión. ¡Fuera turcos y yanquis de Siria!

Por Juan Giglio 

Mientras lo más granado de las milicias kurdas combate en el frente de Raqqa, lideradas en los hechos por los Estados Unidos, aviones turcos bombardearon Rojava y Sengal, un ataque que no podría haberse llevado adelante sin el acuerdo con las potencias, tal como lo expresó uno de los máximos referentes kurdos de la región, Salih Muslim.

En ese contexto, el portavoz de las YPG, Redur Xalil, que visitó el lugar de los ataques acompañado de un oficial estadounidense, afirmó que “las YPG no permanecerán en silencio frente a este ataque y por lo tanto, se reservan el derecho a defenderse y vengar a sus mártires”. También dijo que la Coalición “tiene una enorme responsabilidad y debe asumir su deber de proteger esta zona ya que somos compañeros en la lucha contra el Estado Islámico”.

Mark Toner, portavoz el Departamento de Estado, expresó que el gobierno de Donald Trump estaba “preocupado” por los bombardeos, aunque “entendía” que para Turquía el PKK era “una amenaza”, pero que esa “lucha” contra la guerrilla, que tiene sus bases en Qandil, no podía “ser en detrimento de nuestro combate común a los terroristas que nos amenazan a todos”. 

El reclamo de "protección" de parte de los dirigentes kurdos hacia EE.UU., tratándolos como“compañeros”, es más o menos como pedirle al zorro que cuide a las gallinas. Los yanquis no están en la región para liberar a los pueblos, mucho menos al Kurdistán, sino para reafirmar su dominio territorial y económico al servicio de los monopolios más poderosos del mundo.

En ese sentido, no son los kurdos sus aliados principales, sino Turquía, que siendo la segunda potencia de la OTAN continúa siendo un actor fundamental para los intereses estadounidenses, más allá de las contradicciones que existieron y continúan existiendo entre ambas partes. Por eso, en los hechos, turcos y yanquis trabajan en “equipo” contra los kurdos y demás pueblos en lucha.

Estados Unidos alejó del norte de Siria al grueso de las milicias en una guerra “final” contra Estado Islámico - que en los hechos está acabado - para abrirles objetivamente las puertas de Rojava a los turcos, que comenzaron a implementar sus planes de invasión luego del triunfo fraudulento del SI, que no casualmente fue saludado por Donald Trump, como una “victoria de la democracia”.

El pueblo kurdo debería concentrar su poderío - que no es poco - en las tareas de la defensa de Rojava y Sengal, llamando a la solidaridad internacional a los únicos sectores dispuestos a apoyarlo consecuentemente: los trabajadores y los pueblos oprimidos de todo el planeta, que tienen a los yanquis - liderados por el fascista Trump - como su principal enemigo. 

¡Basta de acuerdos con los masacradores del pueblo sirio y kurdo – Trump, Bashar al Assad, Putin, Rohuani y demás asesinos – por la construcción de una alianza estratégica con los revolucionarios y las revolucionarias de todo el mundo para defender los cantones de Rojava, que a pesar de los vaivenes, vacilaciones y capitulaciones de sus dirigentes, constituyen una gran conquista para el conjunto de la humanidad oprimida y explotada.   

lunes, 27 de marzo de 2017

Profundizar acuerdos con el imperialismo y mantener en el poder a Bashar al Assad constituye el camino más seguro para el retroceso de la lucha del pueblo kurdo

Muslim, el máximo referente del pueblo kurdo de Rojava.
Por Juan Giglio 

El Comité Kurdistán de Argentina, desde el cual se impulsaron acciones de apoyo para con este heroico pueblo dejó de funcionar, siendo reemplazado en los hechos por un sitio de internet – Kurdistán América Latina – desde el cual se reproducen, sin ningún tipo de cuestionamientos, informaciones provenientes de la conducción política kurda.

En el comité coexistimos organizaciones, que no necesariamente coincidimos con las orientaciones de su dirección, que desde hace un tiempo dejó de impulsar la movilización solidaria internacionalista para dar lugar a una política unilateral de alianzas con los imperialistas yanquis y rusos y de complacencia con la dictadura siria.

Esta línea se expresa en una entrevista realizada al máximo referente del Partido de la Unión Democrática de Rojava, Saleh Muslim, que acaba de ser publicada en Kurdistán América Latina, donde se refiere a “la situación en Rojava (Norte de Siria), las relaciones con Estados Unidos y Rusia, y la lucha contra los grupos terroristas”.

Muslim no deja dudas cuando explica que para enfrentar a “ISIS y Turquía” profundizarán acuerdos con sus supuestos enemigos en común y dejarán de lado cualquier posibilidad de enfrentase con al Assad, que junto a la teocracia iraní es uno de los principales aliados de los yanquis y los rusos en la región.

“La liberación de Raqqa de ISIS es importante en dos aspectos. En primer lugar para la seguridad de la región y de nuestros pueblos en el Kurdistán sirio. El enemigo será expulsado del territorio por nuestra gente y los pueblos estarán más seguro. La guerra será movida lejos de nuestras fronteras”.

“Nuestra relación con estos poderes – se refiere a Trump y Putin – está en el ámbito de la lucha contra el terrorismo de ISIS, que es un enemigo nuestro y de ellos. Nuestras relaciones continúan sobre esta base. Las promesas que hicimos mutuamente se han mantenido y no hemos tenido ningún problema”.

Tanta confianza tiene en los imperialistas que arriesga la posibilidad de continuar las relaciones más allá de la guerra, construyendo una alianza para “democratizar” Siria: “nos gustaría dar a estas relaciones un aspecto político y desarrollarlas. Supongo que estos poderes también quieren desarrollar estas relaciones”.

“Tenemos nuestro proyecto de una Siria Democrática Federal, que tiene como objetivo la democratización… ellos también dicen que quieren una Siria democrática”. Para Muslim esto podría funcionar con Bashar: “La cuestión es que nuestro problema es acerca de la democracia, no es si el régimen se mantendrá o no”.

Donald Trump y Vladimir Putin son los representantes de dos imperialismos, cuyos intereses son contrarios a los derechos de los trabajadores y los pueblos de todo el mundo, ya que los monopolios que ellos defienden lucran explotando y reprimiendo a las masas de sus países y las colonias que oprimen. Sus tropas están en Siria e Iraq para consolidar el dominio político, militar y económico al servicio de esas grandes empresas.

Para lograr ese objetivo han pactado el reparto de zonas de influencia, aunque coincidiendo en una cuestión muy importante: apoyar la continuidad de la dictadura de Bashar al Assad, de manera que cuando termine la guerra el régimen baazista garantice la "gobernabilidad" capitalista del país, para lo cual no tendrá miramientos en aplastar los deseos autonomistas kurdos, que objetivamente van en contra de la dictadura.

Otro aspecto en el que se pusieron de acuerdo - entre sí y con al Assad - es en permitir la invasión turca a Jarabulus y al Bab, para cortar cualquier posibilidad de unificación de los cantones de Rojava. Una vez ahí, yanquis, rusos y sirios "marcaron el terreno" impidiendo que las tropas de Erdogan avanzaran hacia el este en dirección de Manbij y hacia el sur en dirección a Raqqa, poniéndole un límite al pretendido "Sultán" de la reconstrucción del Imperio Otomano.

Los trotskistas de CS de Combate nos hemos puesto al frente del apoyo a la causa kurda, siendo protagonistas de todas las acciones solidarias que se han realizado desde fines de 2014, viajando varias veces al Kurdistán, tanto a la región turca denominada Bakur, como a Rojava, que está situada dentro de Siria.

Desde esa ubicación no cuestionamos el aprovechamiento militar que hicieron los kurdos de las contradicciones de sus enemigos, como cuando se liberó Kobane, que no hubiera sido posible sin bombardeos yanquis. Sin embargo siempre manifestamos nuestra oposición a que estas maniobras tácticas se transformaran en acuerdos políticos, tanto con el régimen como con el imperialismo, como los que defiende Muslin.

A pesar de nuestras diferencias con la dirección kurda, continuaremos apoyando la lucha de su pueblo por sus derechos inalienables, pero hablando claro y cuestionando políticamente a sus conducciones, diciéndoles, como en este caso, que no es ninguna salida la colaboración con el imperialismo y la dictadura de Bashar al Assad, sino la derrota de estos junto con sus otras marionetas regionales.

Desde nuestro punto de vista no habrá liberación nacional, social o de género sin encarar la construcción de una Federación de Estados o Regiones Autónomas de carácter obrero y socialista, apoyándose para ese en los auténticos amigos de la revolución: las masas empobrecidas de Medio Oriente y el resto del mundo. 

domingo, 26 de marzo de 2017

La conducción del pueblo kurdo se equivoca aliándose con los imperialistas yanquis y rusos

Tropas del imperialismo ruso en el norte de Siria.
Por Juan Giglio 

Según el especialista en cuestiones kurdas Manuel Martorell “Rusia y Estados Unidos neutralizan la intervención de Turquía en una operación combinada en la guerra siria, interponiéndose entre el Ejército turco y las FSD, la alianza liderada por el PYD”.

De esa manera, el accionar de estos dos países imperialistas estaría “arrinconando a los grupos rebeldes respaldados por Ankara en una “franja de seguridad” delimitada por las localidades de Azaz, Jarabulús y Al Bab, recientemente arrebatada por estos grupos al Estado Islámico”.

“Para el Gobierno de Tayip Erdogán, cuyas relaciones con los países occidentales no pasan precisamente por su mejor momento, supone un fuerte revés para su estrategia en Siria, ya que, una vez tomada Al Bab, había anunciado expulsar a las SDF de la zona de Manbij”.

“En este sentido, Erdogán había pedido al nuevo presidente norteamericano, Donald Trump, que dejara de apoyar al PYD, argumentando que se trata de una organización terrorista al ser “la rama siria del PKK”.

“El problema con el que se ha encontrado Ankara estriba en que no solo el Pentágono ha ratificado su apoyo al PYD y a sus SDF, sino que ha enviado nuevas partidas de armamento y más unidades terrestres de combate para ayudarles en la ofensiva sobre Raqqa”.

“Por su parte, Rusia, que hasta ahora coordinaba sus operaciones militares con Turquía, ha decidido, de acuerdo con el Gobierno de Damasco, poner fin a la penetración turca en territorio sirio, considerando suficiente “premio” a su colaboración en la ofensiva de Alepo”.

“En definitiva, el régimen de Damasco, apoyado por Rusia, y la alianza kurdo-árabe, apoyada por EEUU, tendrían en sus manos prácticamente toda la “Siria útil” y, probablemente, más del 80 por ciento de la población que todavía permanece dentro del país”.

“Teniendo en cuenta que el PYD, el partido kurdo que lidera las SDF, siempre ha defendido una salida al conflicto negociada con el Gobierno central, parece lógico que, al final, la solución a la guerra siria, pase por un acuerdo entre el régimen y las Fuerzas Democráticas Sirias”.

Otros analistas relacionados al PKK y otras fuerzas políticas caracterizan los acontecimientos de manera parecida, llegando a una conclusión tan equivocada como reaccionaria: ¡Al haber detenido el avance de los turcos, Putin y Trump estarían jugando un papel progresivo!

Sin embargo Putin y los yanquis solo están poniendo límites a la invasión turca del norte de Siria - que antes facilitaron  - ya que al haber tomado al Bab, las tropas de Erdogán cumplieron con el objetivo planificado, que era el de frenar la unificación de los cantones kurdos.

Los mismos que permitieron el avance de Turquía hacia territorio kurdo en el norte de Siria, utilizan a otras fuerzas para culminar con sus tareas al sur de Rojava – las de Bashar al Assad y Hezbollah – impidiendo de esa manera el fortalecimiento de los distintos actores regionales.

Los representantes de las potencias mundiales saben bien lo que significa “dividir para reinar”, ya que no están ahí para ayudar a los pueblos oprimidos sino para detener la revolución e imponer sus intereses económicos y geopolíticos.

Como no tienen fuerza ni autoridad para desplegar sus propios ejércitos, sin ser repudiados y echados a patadas por el movimiento de masas, los imperialistas – con la excusa de acabar con el terrorismo que ellos mismos crearon – se están apoyando en fuerzas antagónicas, pero sin dejar de promover las contradicciones y choques entre todas estas.

Desde Convergencia Socialista hemos estado desde el primer momento apoyando el proceso revolucionario de las masas kurdas de Rojava, entendiendo que para avanzar debían unirse a los pueblos de Medio Oriente y derrotar a las dictaduras que los oprimen, como Bashar al Assad.

Desde siempre dijimos que el régimen baazista contaba con el apoyo del imperialismo, cuyos líderes luego del denominado “Pacto 5 más 1” resolvieron sostenerlo, razón por la cual masacraron a gran parte del pueblo de Aleppo y de otras ciudades.

Después de acabar con el engendro islámico que ayudaron a organizar, los dueños del mundo aplastarán los derechos conquistados por el pueblo kurdo, imponiendo a sangre y fuego los pactos de la post primera guerra que defienden, garantizando así la “unidad de Siria” que no es otra cosa que el fortalecimiento de su gobierno capitalista y anti kurdo.

Lamentablemente, después del retroceso de la lucha contra Erdogan, el PYD y sus aliados decidieron aceptar la “tutela” política de los enemigos principales del pueblo kurdo y de todos los pueblos del mundo: los imperialistas que encarcelaron a su líder - Abdullah Ocallan - y siguen apoyando al carnicero Erdogán. 

La defensa de los acuerdos contrarrevolucionarios - que impusieron la existencia del estado capitalista sirio – no dejará ningún margen para el desarrollo de una verdadera autonomía en territorios kurdos. Las “concesiones” que al Assad está dispuesto a otorgarles a los habitantes de Rojava son solo cosméticas.

Los trotskistas continuaremos apoyando la lucha de los kurdos y las kurdas por sus derechos inalienables, pero hablando claro y cuestionando a sus conducciones, diciéndoles que no es ninguna salida la colaboración con el imperialismo sino la expulsión de los mismos junto con sus marionetas regionales. 

Desde nuestro punto de vista no habrá liberación nacional, social o de género sin encarar la construcción de una Federación de Estados o Regiones Autónomas de carácter obrero y socialista, apoyándose para ese en los auténticos amigos de la revolución: las masas empobrecidas de Medio Oriente y el resto del mundo. 

lunes, 20 de marzo de 2017

Fuera las tropas rusas del Cantón de Afrin. Fuera imperialistas de Rojava y Medio Oriente

Por Juan Giglio 

Efectivos militares del estado ruso se han instalado en el Cantón de Afrin - situado en el noroeste de la región autónoma kurda de Siria o Rojava - tal como lo acaba de informar una de las agencias periodísticas dedicadas a difundir la lucha por los derechos del Kurdistán.

Desde el sitio de internet Kom News se declara que esto fue acordado luego de una reunión de funcionarios enviados por Vladimir Putin con los/as dirigentes de las YPG, que junto a las YPJ constituyen las poderosas milicias de autodefensa de Rojava.

El vocero de YPG, Redur Xelil, dijo que el pacto - firmado el domingo pasado - significa que las tropas rusas cumplirán tareas de “protección” de la región y entrenamiento de las fuerzas locales en su lucha “contra el terrorismo”.

Según Xelil, “tropas y vehículos blindados ya se encuentran en la localidad de Cindirese” dentro del cantón de Afrin, que debido a la invasión turca - apoyada por EE.UU., Siria, Irán y Rusia - no pudo conectarse con los otros dos cantones: Cezire y Kobane.  

El comandante culminó su informe manifestando que “debido a nuestro éxito en la lucha contra el terrorismo, muchas fuerzas quieren ayudarnos…” Sin embargo, los terroristas a los que hace referencia – ISIS – están en retroceso, totalmente cercados en Mosul y Raqqa.

Los imperialistas yanquis – que ya están instalados – y los imperialistas rusos pretenden quedarse en Rojava no para defender al pueblo kurdo, sino para dominarlo políticamente, saquear sus recursos y controlar una zona clave desde el punto de vista geo estratégico.

Mientras tanto, los principales terroristas de la región están siendo apoyados por el imperialismo, que de conjunto defiende la continuidad de sus socios en los negocios Recep Tayyip Erdogan, Bashar al Assad, Masmud Barzani, Benjamin Netanyhau y compañía.

Todos estos, empezando por Putin y Trump, están en contra de la construcción de una región autónoma kurda, porque defienden los pactos de la post Primera Guerra – Laussane y Sykes– que garantizan la existencia de los actuales estados, impuestos para dividir al Kurdistán.

Desde CS y el espacio unitario Kurdistán Desde el Sur volvemos a reiterar nuestro rechazo a la presencia de tropas imperialistas, repitiendo que los mejores aliados de la lucha contra la opresión nacional, de género y social son los trabajadores y los pueblos de todo el mundo. 

Los socialistas bregamos por la derrota de las dictaduras regionales, la expulsión del imperialismo y la construcción de una Federación de Estados o Entidades Autónomas - apoyada en las asambleas populares - tanto en Siria como en todo Medio Oriente.

lunes, 27 de febrero de 2017

No hay que permitir el despliegue de más efectivos yanquis en el frente de guerra de Raqqa

Efectivos yanquis en Siria, un peligro absoluto para los pueblos, en particular para la autonomía kurda.

Por Juan Giglio

De acuerdo a versiones de periódicos británicos - expresadas en el sitio kurdo Kom News - la nueva administración de los Estados Unidos estaría preparándose para enviar una gran cantidad de tropas terrestres a pelear en Siria, lo cual sería coherente con el plan de Donald Trump de incrementar significativamente el presupuesto militar.  

El equipo de asesores y funcionarios relacionados al tema, incluyendo al secretario de defensa James Mattis y al nuevo asesor de seguridad nacional, teniente general HR McMaster, estarían a favor de impulsar el “aceleramiento de la campaña” para conquistar la capital de facto del Califato, Raqqa, que por ahora está siendo asediada por fuerzas mayoritariamente kurdas.

En este momento están participando de la operación unos 500 efectivos de las fuerzas especiales estadounidenses, colaborando con las SDF - Syrian Democratic Forces – dentro de las cuales actúan las YPG-YPJ de Rojava. Las tropas están estacionadas en las afueras de la ciudad esperando la posibilidad de comenzar el asalto.

Oficiales yanquis de alta jerarquía, incluyendo del área de la inteligencia, estuvieron durante estos últimos días reunidos con sus pares turcos, quienes objetaron el apoyo que están brindando los Estados Unidos a sus acérrimos enemigos, las milicias kurdas, acusándolas de ser el brazo armado en Siria del prohibido y combatido PKK.

Como están las cosas sería muy difícil que las fuerzas armadas turcas y grupos aliados participen en la recuperación de Raqqa. En primer lugar por su inoperancia, pero también debido a que efectivos del ejército sirio llegaron a las cercanías de la ciudad de al Bab, cortando el camino de cualquier incursión turca hacia la capital de ISIS.

La reciente visita del comandante estadounidense Joseph Votel a Kobani y al frente de combate, significó una reafirmación del apoyo de su país y de la nueva administración, liderada por el presidente Trump, al SDF, además de prometer la provisión del armamento pesado que hasta ahora se habían negado a entrega.  

Varios comentaristas políticos especularon que todos estos movimientos irían de la mano del despliegue de algunos miles de soldados yanquis, de manera de “equilibrar” la influencia que tienen en la región los rusos y los iraníes. De concretarse, los marines irían, mayoritariamente, al frente de guerra de Raqqa, que es donde serían mejor recibidos.

Los socialistas revolucionarios que apoyamos la justa lucha del pueblo kurdo estamos total y absolutamente en contra de la presencia de efectivos yanquis en Siria e Iraq. Peleamos por su retirada inmediata, ya que los principales enemigos de los pueblos no están allí para garantizar ninguna conquista obrera y popular, como la autonomía del Kurdistán.

Los yanquis, sus aliados más directos e incluso sus rivales de ocasión están de acuerdo en un punto fundamental, cual es la preservación de los tratados de la Primera Post Guerra – Sykes Picot y Laussane – mediante los cuales se defiende la existencia de Siria e Iraq, que son países impuestos por los dueños del mundo para garantizar sus negocios.

Sykes Picot y Laussane niegan la posibilidad de que los kurdos consigan su anhelado estado o región autónoma. Para imponer este objetivo estratégico el pueblo kurdo deberá enfrentar duramente a los enemigos de esta perspectiva: los gobiernos dictatoriales de Siria, Iraq, Turquía e Irán y el imperialismo yanqui, ruso y europeo que los sostiene.

La lucha de las milicias kurdas deben contar con el apoyo de los únicos que están a favor de sus derechos, porque enfrenta a los mismos enemigos: los trabajadores y los pueblos del Medio Oriente, Europa y el resto del mundo, para lo cual es necesario romper cualquier subordinación al gobierno y los designios estadounidenses.


La ofensiva sobre Raqqa: ¿Expresa el avance de la Revolución Kurda o un retroceso de este proceso?

Por Juan Carlos Beica

Desde 2010 en adelante comenzó a desarrollarse el proceso revolucionario denominado “Primavera Árabe”, que tumbó a varios dictadores y desarrolló organismos de poder obrero y popular en varias regiones, principalmente en Siria, donde surgieron con mucha fuerza los consejos locales en las ciudades más importantes y las asambleas populares en el Kurdistán o Rojava.

Para enfrentar la Revolución y evitar que estas experiencias se extendieran hacia otras latitudes - principalmente a los países limítrofes y europeos - tanto el imperialismo como las burguesías locales se valieron de diferentes tácticas, aunque con un punto de coincidencia entre todas ellas: la brutalidad mediante la cual se jugaron a aplastar la radicalización de los pueblos.

Así fue que en Egipto se pergeñó un golpe de estado, debido al cual se encarcelaron, torturaron y asesinaron miles, mientras que en Siria la dictadura de al Assad se lanzó a una guerra genocida contra el movimiento de masas, que debido a esta realidad se vio obligado a armarse.

Las bandas jihadistas, como Estado Islámico o el Frente Al Nusra, que surgieron dentro de ese proceso o fueron introducidas por las burguesías árabes y el imperialismo, colaboraron con la contrarrevolución, poniendo en el centro de sus miras no al régimen sino al pueblo en armas. Lo mismo sucedió con Hezbollah y las tropas rusas, que se ubicaron del lado del régimen.

De esa manera, al tiempo que retrocedían los concejos locales – espacios democráticos dentro de los cuales las bases resolvían todo y gobernaban regiones enteras de Siria – los trabajadores y el pueblo del Kurdistán sirio o Rojava desarrollaban sus asambleas y milicias populares, a través de las cuales pusieron en pie los gobiernos de Qamishlo, Kobane y otras ciudades.

Con el retroceso y copamiento – a través de las direcciones wahabitas – de buena parte de lo más avanzado del proceso revolucionario dentro de las grandes ciudades sirias, el pueblo kurdo se transformó, por lo menos por un tiempo, en referencia, pudiendo liderar - si se lo proponía - al resto en su pelea por la liberación nacional, de género y social, enfrentando a los regímenes dictatoriales de al Assad, Erdogan, Barzani, Rohuani y compañía.

Las mujeres, en ese sentido, cumplieron un papel fundamental, ya que se pusieron al frente de una de las batallas emblemáticas, la de Kobane, gracias a la cual se hizo retroceder a Estado Islámico, que venía de perpetrar un verdadero genocidio en el Monte Sengal, contra el pueblo yazidí.

En ese momento, la fuerza aérea de los Estados Unidos, que intervenía en la región con muchísima debilidad, debido a sus contradicciones y crisis, jugó un papel “progresivo” debilitando las defensas de ISIS en la colina de Mistenur en Kobane, último reducto de las bandas, que fue capturado por las YPG y YPJ kurdas gracias al bombardeo de los yanquis

Las fuerzas revolucionarias kurdas decían al respecto, que no “coordinaban con los estadounidenses” sino que “aprovechaban sus ataques para conquistar terreno” aunque sin subordinarse políticamente. Esto cambió luego del retroceso de guerrilla kurda del PKK en Turquía, que después del “golpe” sufrió durísimas derrotas en las ciudades del sudeste, como Cizre, Diyarbakir, Silopi o Mardin.

A partir de ahí, las milicias, que se transformaron en un verdadero ejército basado en la disciplina de sus mandos - no en una fuerza mandatada por las asambleas populares – empezaron a “coordinar” de manera efectiva con las fuerzas armadas estadounidenses, dejando de apelar a la movilización del movimiento de masas.

Por esto, en vez de concentrar sus fuerzas en la recuperación de al Bab, que posibilitaría la unificación de los cantones de Rojava – conquistando un poder territorial y político fabuloso – las YPG/YPJ se organizaron – bajo el mando de los yanquis – en función de avanzar sobre la “capital” de facto de ISIS, Raqqa, en sintonía con la ofensiva imperialista contra Mosul.

Gran favor le hicieron a Bashar al Assad, que no contaba con el poderío suficiente para evitar la unidad de la región kurda, y al “sultán” Erdogan, que aprovechó la ausencia kurda en el lugar para – con el visto bueno de Assad, los yanquis y los rusos – invadir Jarabulus y establecer, en los hechos, una “zona tapón”, que no actúa de paragolpe contra ISIS, sino contra los kurdos.

Luego de las batallas de Kobane y Tal Abyad, Estado Islámico – que dejó de contar con el apoyo turco – se debilitó tanto que dejó de ser un enemigo fundamental del pueblo kurdo, que volvió a tener enfrente a sus clásicos rivales: los regímenes de Siria, Turquía e Irán, que con la defección kurda en al Bab se fortalecieron, luego de estar en una situación de extrema debilidad.

Desde Convergencia Socialista - integrante del Comité Kurdistán de la Argentina - y el espacio unitario que organizamos alrededor del blog “Kurdistán Desde el Sur”, hemos alertado sobre todo esto, criticando a la conducción kurda por implementar tácticas, que los hechos atentan contra la posibilidad de conquistar una verdadera autonomía.

Sin dejar de apoyar incondicionalmente la lucha de los kurdos y las kurdas por sus derechos elementales, criticamos la alianza que tejieron sus dirigentes con EE.UU, para que a cambio de contar con cierto apoyo militar, les permitan mantener el “statu quo” ganado en la región, que retrocederá en la medida en que se fortalezcan al Assad y Erdogan.

Es que todos ellos, junto a Estados Unidos, Irán y Rusia, coinciden en “defender la unidad e integridad de Siria”, que no es otra cosa que impedir la construcción de un estado o región autónoma kurda. No es casual que el PYD no haya sido invitado a las negociaciones de Astana y Ginebra, acaparadas por los enemigos de suautodeterminación.

El pueblo kurdo ganó, gracias a sus combatientes heroicos, una posición excelente, contando con la simpatía de millones a lo largo y a lo ancho del planeta, situación que debe ser aprovechada para apelar al único apoyo capaz de ayudarlo a conseguir sus objetivos milenarios: los trabajadores y los pueblos en lucha.

La militarización de las milicias, el retroceso de las asambleas populares y su control sobre las decisiones de los dirigentes - junto con la subordinación a los planes del imperialismo yanqui - llevarán a los kurdos a nuevas frustraciones, perdiendo gran parte de lo que han ganado.  

El imperialismo, en general, está en crisis en todo el mundo, debido a la crisis inédita que lo atraviesa, igual que los gobiernos capitalistas, de Medio Oriente. Sin embargo y a pesar esto todos acuerdan en defender los pactos de la post Primera Guerra – Sykes Picot y Laussane – que además de garantizar la “unidad territorial y política” de Siria, aplastaron cualquier posibilidad de independencia o autonomía kurda.

Pelear contra estos pactos contrarrevolucionarios significa enfrentar a sus defensores, convocando a la solidaridad de las masas de todo el mundo, que son las únicas que se benefician con su liquidación y con el debilitamiento del enemigo común, que es el imperialismo mundial, particularmente el de los Estados Unidos. 

La asunción de Donald Trump y las movilizaciones que explotaron en Europa luego de la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea, ponen de manifiesto que, hoy como nunca, existen posibilidades de derrotar a los imperialistas de todo pelaje, que ya no cuentan con un mando unificado y están en total y absoluta decadencia.