sábado, 27 de mayo de 2017

Debate con la conducción del pueblo kurdo: ¿Habrá liberación nacional de la mano del imperialismo yanqui?

Por Juan Giglio

Un año atrás comenzaba la ofensiva contra la “Capital del Califato”, la ciudad de Raqqa, operación que cuenta con el despliegue mayoritario de las guerrillas kurdas - YPG/YPJ - aunque está siendo dirigida políticamente por el gobierno de los Estados Unidos, que aprovechó esa coyuntura para profundizar el desembarco de pertrechos y fuerzas propias. (Leer nota nuestra de un año atrás)

Hasta las batallas de Kobane y Tal Abyad – triunfos obtenidos por las milicias, que se apoyaron en la movilización multitudinaria de las masas del Kurdistán turco o Bakur y sectores solidarios de todo el mundo – los yanquis no eran más que “aliados” tácticos y coyunturales de las YPG/YPJ, concentrándose en la tarea de bombardear a ISIS en ciertos puntos.

El imperialismo tuvo la política de chantajear a los kurdos, jugándose a convencerlos de que no podrían consolidar su dominio sobre Rojava sin el apoyo aéreo y logístico de la “Coalición”. De hecho, podrían haber ayudado a terminar los combates de Kobane mucho antes, solo con bombardear las líneas de suministro del Estado Islámico, cosa que nunca hicieron.

Recién después de que los kurdos recuperaran la mayoría de la ciudad, los jets estadounidenses atacaron la estratégica colina de Mishtenur, facilitando el triunfo total de las guerrillas. Los yanquis utilizaron esta “carta” para intensificar la presión sobre la conducción kurda, que hasta ese momento negaba la posibilidad de “coordinar acciones” con EE.UU.

El retroceso de la movilización del pueblo kurdo en Turquía, luego del intento fallido de “golpe”, cambió la situación, porque el aislamiento de las milicias con la retaguardia turca - multitudinaria y combativa - empujó a la vacilante dirección del PYD hacia los brazos de Obama, que no desaprovechó esto para meterse con todo en el norte de Siria.

Quienes reivindican este reposicionamiento, se excusan en que “no habría manera de enfrentar a semejante cantidad y calidad de enemigos sin contar con alianzas militares tácticas”, o que “sería imposible que Rojava se mantuviera sin estas, ya que la segunda potencia de la OTAN - Turquía -está al acecho del otro lado de las fronteras”.

La conducción política de las guerrillas de Rojava eligió el camino “más corto”, en vez de apoyarse en la movilización de los trabajadores y los pueblos de todo el mundo, que miran con mucha simpatía la “Revolución de los Cantones”. ¡El rumbo que permitió que las masas vietnamitas derrotaran a un enemigo más poderoso que Turquía e ISIS juntos: EE.UU.!

Algunos años atrás los palestinos de la Franja de Gaza expulsaron al poderoso ejército sionista con una combinación similar - la guerra de túneles y una campaña de solidaridad internacional - que le ató las garras a la bestia israelita, obligándola a retroceder de manera humillante. ¡Obvio que elegir este camino no es sencillo, porque parece ser el más tortuoso!

Sin embargo es el más seguro, porque otorga un “crédito” fundamental, como es la total y absoluta independencia de los poderes internacionales, una opción, que si se la toma, provoca rápidamente la empatía de millones en todo el mundo que odian a los imperialistas, ya que están peleando contra los planes que aplican sus agentes locales.

Desde Convergencia Socialista y el espacio unitario Kurdistán Desde el Sur, nos hemos ubicado desde el principio - y seguimos estando - en la trinchera  del pueblo kurdo, porque su lucha es una causa más que justa. Eso no nos impide cuestionar, incluso con dureza, la política de sus dirigentes, que al elegir el “camino más corto” se ataron al carro del imperialismo.

A los yanquis y a sus aliados - con Donald Trump a la cabeza - no les interesa la autonomía o independencia del Kurdistán, sino hacerse dueños de los recursos y la excepcional ubicación geopolítica de la región.  La única salida para los pueblos kurdos, árabes, palestinos, yezidíes, turcomanos, asirios, baluchis, etc. es unirse y echar a sus enemigos locales e imperiales.

La derrota de los capitalistas - que los oprimen nacionalmente y explotan socialmente - les abrirá las puertas de la construcción de una sociedad distinta, sin explotados/as ni explotadores/as: la Federación de Estados o Regiones Autónomas Socialistas de Medio Oriente, asentada en asambleas democráticas y milicias populares.

lunes, 15 de mayo de 2017

Carta del espacio Kurdistán Desde el Sur al Comité de Solidaridad con Kurdistán de Argentina

Carta enviada varios días atrás al Comité de Solidaridad con Kurdistán, de parte de KDS

Estimados compañeros del Comité de Solidaridad:

Los integrantes del colectivo que llevamos adelante desde 2015 el programa de TV y blog “Kurdistán desde el Sur” les escribimos para manifestarles nuestra profunda preocupación por la situación actual en Kurdistán, particularmente en Kurdistán occidental (Rojava) y el funcionamiento que viene teniendo el Comité de Solidaridad. Desde la movilización de noviembre de 2016 para repudiar el encarcelamiento de los dirigentes del HDP, el comité no ha convocado a ninguna movilización o acción de protesta en las calles.

Y no es que hayan faltado motivos para ello. La represión del Estado turco contra el movimiento de liberación nacional kurdo y los sectores de izquierda y democrático en Turquía no se ha detenido, sino todo lo contrario. En Rojava, el Estado turco ha traspasado recientemente un nuevo límite al atacar directamente a las fuerzas de YPG/YPJ y a la población civil de Rojava.

Este ataque ha contado con la venia de las potencias imperialistas, tanto de las que integran el bloque europeo occidental-norteamericano, como de Rusia. Esto ha sido señalado recientemente por la compañera Melike Yasar, representante del KJA para América Latina, así como por otrxs dirigentes del movimiento de liberación nacional kurdo.

El compañero Rizan Altun, miembro del Consejo Ejecutivo del KCK, declaró a la agencia ARA News que el ataque turco contra Rojava fue instigado por Rusia con el objetivo de lograr que las FDS se subordinen a las fuerzas regulares de la República Arabe de Siria, lo que implicaría de hecho la desaparición de la Administración Federal del Norte de Siria-Rojava y su reintegración al Estado sirio liderado por al Assad y el partido Baath.

Es bien conocida la negativa del régimen de al Assad a aceptar siquiera una limitada autonomía para los kurdos de Siria, en consonancia con su ideología nacionalista árabe y las políticas de persecución anti-kurdas llevadas a cabo por ese régimen durante décadas.

Ante toda esta situación, el Comité de Solidaridad no sólo suspendió la tradicional movilización del 9 de enero para conmemorar el martirio de las compañeras Sakine Cansiz, Fidan Dogan y Leyla Saylemmez, sino que la celebración del Newroz, que tradicionalmente se hacía en espacios abiertos y para el pueblo kurdo de Bakur constituye una ocasión de lucha y resistencia contra la opresión del estado turco, se redujo a un recital de música kurda y armenia en el auditorio de ATE.

Independientemente de las diferencias que podamos tener con la dirección del movimiento de liberación nacional kurdo, la solidaridad de los que hacemos KDS con el pueblo kurdo ha sido demostrada en múltiples ocasiones durante todos los últimos años.

Esto es más relevante teniendo en cuenta la situación que vive la Argentina, caracterizada por una feroz política de ajuste económico y políticas reaccionarias en general, la cual lleva a las organizaciones de izquierda y progresistas a la necesidad de volcar su energía militante a la resistencia contra esas políticas. Vemos con sincera preocupación que en el momento en que las potencias imperialistas y los regímenes de la región unen sus fuerzas para aplastar la lucha del pueblo kurdo tanto en Bakur como en Rojava, la acción del Comité se reduce a actividades culturales y de difusión que resultarían más adecuadas para una coyuntura política de menor gravedad.

Por eso es que proponemos al Comité la realización en breve plazo de alguna actividad, ya sea una movilización a la embajada turca u otro lugar simbólico, o un acto en algún lugar céntrico de Buenos Aires, para repudiar la agresión del Estado turco contra Rojava y la complicidad de las potencias imperialistas y los regímenes de la región con esa agresión.

Colectivo “Kurdistán desde el Sur”