Tropas del imperialismo ruso en el norte de Siria. |
Según el especialista en cuestiones kurdas Manuel Martorell “Rusia
y Estados Unidos neutralizan la intervención de Turquía en una operación
combinada en la guerra siria, interponiéndose entre el Ejército turco y las FSD,
la alianza liderada por el PYD”.
De esa manera, el accionar de estos dos países imperialistas
estaría “arrinconando a los grupos rebeldes respaldados por Ankara en una
“franja de seguridad” delimitada por las localidades de Azaz, Jarabulús y Al
Bab, recientemente arrebatada por estos grupos al Estado Islámico”.
“Para el Gobierno de Tayip Erdogán, cuyas relaciones con los
países occidentales no pasan precisamente por su mejor momento, supone un
fuerte revés para su estrategia en Siria, ya que, una vez tomada Al Bab, había
anunciado expulsar a las SDF de la zona de Manbij”.
“En este sentido, Erdogán había pedido al nuevo presidente
norteamericano, Donald Trump, que dejara de apoyar al PYD, argumentando que se
trata de una organización terrorista al ser “la rama siria del PKK”.
“El problema con el que se ha encontrado Ankara estriba en
que no solo el Pentágono ha ratificado su apoyo al PYD y a sus SDF, sino que ha
enviado nuevas partidas de armamento y más unidades terrestres de combate para
ayudarles en la ofensiva sobre Raqqa”.
“Por su parte, Rusia, que hasta ahora coordinaba sus
operaciones militares con Turquía, ha decidido, de acuerdo con el Gobierno de
Damasco, poner fin a la penetración turca en territorio sirio, considerando
suficiente “premio” a su colaboración en la ofensiva de Alepo”.
“En definitiva, el régimen de Damasco, apoyado por Rusia, y
la alianza kurdo-árabe, apoyada por EEUU, tendrían en sus manos prácticamente
toda la “Siria útil” y, probablemente, más del 80 por ciento de la población
que todavía permanece dentro del país”.
“Teniendo en cuenta que el PYD, el partido kurdo que lidera
las SDF, siempre ha defendido una salida al conflicto negociada con el Gobierno
central, parece lógico que, al final, la solución a la guerra siria, pase por
un acuerdo entre el régimen y las Fuerzas Democráticas Sirias”.
Otros analistas relacionados al PKK y otras fuerzas
políticas caracterizan los acontecimientos de manera parecida, llegando a una
conclusión tan equivocada como reaccionaria: ¡Al haber detenido el avance de
los turcos, Putin y Trump estarían jugando un papel progresivo!
Sin embargo Putin y los yanquis solo están poniendo límites
a la invasión turca del norte de Siria - que antes facilitaron - ya que al haber tomado al Bab, las tropas de
Erdogán cumplieron con el objetivo planificado, que era el de frenar la
unificación de los cantones kurdos.
Los mismos que permitieron el avance de Turquía hacia
territorio kurdo en el norte de Siria, utilizan a otras fuerzas para culminar
con sus tareas al sur de Rojava – las de Bashar al Assad y Hezbollah – impidiendo
de esa manera el fortalecimiento de los distintos actores regionales.
Los representantes de las potencias mundiales saben bien lo
que significa “dividir para reinar”, ya que no están ahí para ayudar a los
pueblos oprimidos sino para detener la revolución e imponer sus intereses
económicos y geopolíticos.
Como no tienen fuerza ni autoridad para desplegar sus
propios ejércitos, sin ser repudiados y echados a patadas por el movimiento de
masas, los imperialistas – con la excusa de acabar con el terrorismo que ellos
mismos crearon – se están apoyando en fuerzas antagónicas, pero sin dejar de
promover las contradicciones y choques entre todas estas.
Desde Convergencia Socialista hemos estado desde el primer
momento apoyando el proceso revolucionario de las masas kurdas de Rojava,
entendiendo que para avanzar debían unirse a los pueblos de Medio Oriente y derrotar
a las dictaduras que los oprimen, como Bashar al Assad.
Desde siempre dijimos que el régimen baazista contaba con el
apoyo del imperialismo, cuyos líderes luego del denominado “Pacto 5 más 1” resolvieron
sostenerlo, razón por la cual masacraron a gran parte del pueblo de Aleppo y de
otras ciudades.
Después de acabar con el engendro islámico que ayudaron a
organizar, los dueños del mundo aplastarán los derechos conquistados por el
pueblo kurdo, imponiendo a sangre y fuego los pactos de la post primera guerra
que defienden, garantizando así la “unidad de Siria” que no es otra cosa que el
fortalecimiento de su gobierno capitalista y anti kurdo.
Lamentablemente, después del retroceso de la lucha contra
Erdogan, el PYD y sus aliados decidieron aceptar la “tutela” política de los
enemigos principales del pueblo kurdo y de todos los pueblos del mundo: los
imperialistas que encarcelaron a su líder - Abdullah Ocallan - y siguen
apoyando al carnicero Erdogán.
La defensa de los acuerdos contrarrevolucionarios - que
impusieron la existencia del estado capitalista sirio – no dejará ningún margen
para el desarrollo de una verdadera autonomía en territorios kurdos. Las
“concesiones” que al Assad está dispuesto a otorgarles a los habitantes de
Rojava son solo cosméticas.
Los trotskistas continuaremos apoyando la lucha de los
kurdos y las kurdas por sus derechos inalienables, pero hablando claro y cuestionando
a sus conducciones, diciéndoles que no es ninguna salida la colaboración con el
imperialismo sino la expulsión de los mismos junto con sus marionetas
regionales.
Desde nuestro punto de vista no habrá liberación nacional,
social o de género sin encarar la construcción de una Federación de Estados o
Regiones Autónomas de carácter obrero y socialista, apoyándose para ese en los
auténticos amigos de la revolución: las masas empobrecidas de Medio Oriente y
el resto del mundo.
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