Según el sitio de informaciones kurdo Kohmnews, “El Movimiento
por una Sociedad Democrática - TEV-DEM - la coalición de organizaciones que gobierna
la región del norte de Siria denominada Rojava, hizo un llamado a los poderes internacionales
a participar activamente en el proceso imponiendo la prohibición de vuelos en
la zona, de manera de evitar los ataques aéreos de Turquía contra el pueblo
kurdo”.
El dirigente del TEV-DEM Muhammad Hassan explicó a otra agencia
- la rusa Sputnik - que “Luego de estas últimas agresiones, nosotros
repetimos firmemente el llamado a la imposición de una zona libre de vuelos sobre el
norte de Siria”. Y, dirigiéndose a los participantes de la reunión que tendrá
lugar en los próximos días en Kazajtán, en la ciudad de Astana, les pidió que
traten la posibilidad de acordar esto en la misma.
La semana próxima tendrá lugar una nueva ronda de
negociaciones sobre la cuestión siria en esta localidad, en la que participarán
funcionarios de Rusia, Turquía, Siria e Irán junto a expertos de las Naciones
Unidas. A ellos, Hassan les exigió: “Queremos que los países más poderosos,
como Estados Unidos, la Federación Rusa o la Unión Europea nos ayude para
satisfacer esta demanda.”
Este reclamo atenta contra los intereses estratégicos del pueblo kurdo,
ya que significa, en los hechos, la consolidación del desembarco de tropas
yanquis en Rojava, que no están ahí para proteger los deseos autonomistas del
Kurdistán Sirio o Rojava sino sus propios intereses, que tienen que ver con el
control del área y el manejo de los recursos naturales, principalmente del
petróleo.
Con esta política, la conducción kurda está haciendo
retroceder el proceso revolucionario que dio un salto dos años atrás con la
derrota de Estado Islámico en Kobane y, posteriormente, con la unificación de
los cantones luego de la recuperación de Tal Abyad. Para que Estados Unidos
cumpla con el pedido de los dirigentes de Rojava tendría que fortalecer su
presencia en el lugar, enviando más efectivos y pertrechos.
De esta manera, los yanquis afianzarían su poderío político
y militar, transformándose en carceleros del heroico pueblo kurdo. Por eso,
Donald Trump, que tiene claro estos objetivos, no solo permite que continúen
las agresiones fronterizas del ejército turco, sino que fue el primero en alentarlas, reconociendo rápidamente el triunfo fraudulento del dictador Erdogan en el Referéndum
Constitucional y envalentonándolo para organizar la invasión a Rojava.
La única manera de defender los intereses del Kurdistán es
recurriendo a la movilización de los trabajadores y los pueblos de todo el
mundo, rompiendo los lazos políticos y militares con las potencias
imperialistas antes que sea tarde, porque: ¡No habrá liberación nacional, social y de género con Estados
Unidos y Rusia o sus agentes regionales como Barzani, Rohuani y Bashar al Assad, que son feroces enemigos de los pueblos!
Las milicias kurdas se han ganado un respeto enorme en todo el
mundo debido a su heroica lucha contra Estado Islámico, que tuvo hitos magníficos en
Kobane y Tal Abyad. Hay que apoyarse en esa autoridad para organizar una campaña de solidaridad internacional como la que se desarrolló durante la
guerra de Vietnam. Gracias a esta las masas le ataron las garras a los dueños del mundo, facilitándole la victoria a los guerrilleros del Vietcom.
El camino de las alianzas con el
imperialismo convertirá a las conquistas de Rojava en papel mojado, lo más parecido a la “autonomía” que rige actualmente en el Kurdistán
de Iraq, donde la única libertad que rige es la de los monopolios imperialistas para saquear el petróleo de la mano de los “peshmergas” de Barzani, un moderno virrey de los
poderosos.