Por Baku Nico
En el fútbol argentino existe una disputa
histórica entre dos sectores que representan dos concepciones estratégicas (y
de vida) completamente distintas y encontradas: el menottismo (conjunto de
concepciones y propuestas del técnico Cesar Luis Menotti) y el bilardismo
(conjunto de concepciones y propuestas del técnico Carlos Salvador Bilardo).
El ideario menottista se basa en un juego
prolijo, correcto, atado a las reglas, de fuerte sesgo individual (un “10
fuerte y vistoso”), que despliegue un juego bonito y elegante. Es el futbol
“champagne”.
En cambio el bilardismo se basa en unas
tácticas más elásticas, que van desde el resultadismo (aguantar el partido,
jugar con un solo delantero mientras se va ganando) hasta la ruptura de las
normas (el bidón adulterado, los pinchazos con alfiler), ambas en pos del
triunfo. Pero no solo, sino que también es el estudio del enemigo (los famosos
videos donde se estudiaba a cada jugador rival)
Ambos sacaron campeones a la Argentina: Menotti en el 78 (de la mano de las fuerzas
oscuras que regían a la Argentina) y Bilardo en el 86 (de visitante, con todo en contra, y logrando vengar
simbólicamente la derrota militar de Malvinas en el 82).
Menotti propugnaba un “maradonismo ortodoxo”
que no consiguió; Bilardo, sin el culto laudatorio al 10, incluso teniendo
discusiones y diferencias con este jugador, logró el maradonismo en sí, el
maradonismo bilardista: gol con la mano primero, y luego, el gol del siglo
(ambos contra el imperialismo inglés).
Vamos a ver que todo esto también ocurre en el
campo revolucionario. (Este es un texto a favor del bilardismo aplicado al
movimiento revolucionario, es decir, es un texto a favor de la heterodoxia.
Tiene algo de humor porque es la forma en que más
me gusta relacionarme con mis compañerxs, aunque trata temas importantes. A
partir de esta distinción futbolística pretendo hablar de lo que ocurre en
Kurdistán y otras partes del globo, tocando aquellas cuestiones teóricas que más
debate generan).
Antes decía que Menotti propugnaba un
maradonismo teórico que solo consiguió Bilardo en la práctica, y sin
proponérselo. Esto es porque Maradona hizo carne los preceptos ideológicos y
estratégicos del bilardismo.
Aplicado a la discusión sobre el sujeto
histórico en la revolución de Kurdistán, podemos decir que la revolución kurda
consigue liberar a la clase obrera (el “10 vistoso” de Menotti) sin haberle
hecho alabanzas ni loas ni cantos ni poemas (o sea poniéndolo en segundo plano).
En cambio aquellos sistemas que propugnaban un sujeto obrero central (URSS,
China, Cuba, etc.), solo consiguieron perpetuar la explotación y la opresión,
permutando el saqueo patronal por la explotación estatal, manteniendo la
propiedad privada e incluso generando variantes “socialistas” del taylorismo y
la súper explotación, las horas extras, etc. (el llamado “stajanovismo”).
En cambio el pueblo kurdo, que no ubica tan
centralmente a la clase obrera, o que en todo caso, lo hace a través del
situamiento en primer plano de la mujer (trabajadora, proletaria), consigue un
desclazamiento, una desproletarizacion real en una sociedad sin clases (el
objetivo de todo movimiento comunista).
Todas las personas que visitan Rojava
coinciden en la igualdad pareja de sus habitantes (tanto para compartir la
riqueza como las carencias). Se ha conseguido un sistema de cooperativas sin
patrón y gestión directa de la producción que tiene como premisa la donación de
un cuarto de las ganancias a la comuna a la que está adherida la cooperativa.
Esto es o se acerca bastante a lo que lxs
anarquistas han denominado “comunismo libertario”, una forma de redistribución
y repartición “ciega”, o al menos “tuerta”, no tan atada al cálculo ni al
beneficio individual o corporativo, un dar sin esperar a cambio. El intento de
establecer servicios gratuitos pareciera cerrar el escenario para la
desproletarización.
La expresión “dictadura del proletariado”
presenta varios inconvenientes, entre ellos que da a entender que el
proletariado (y por lo tanto la burguesía), siguen existiendo prolongadamente
en el tiempo. Por tal razón Ernesto Guevara sustituyó tal concepto por el
término “construcción del socialismo”.
La alabanza al proletariado (en particular el
proletariado industrial), es el primer obstáculo para la liberación del
proletariado. ¿Cómo vamos a generar un sistema de liberación del proletariado
si nuestras tesis magnifican y alaban su condición proletaria (o sea, su
condición de explotado)?
Lxs kurdxs encontraron una respuesta: el proletariado se va a liberar cuando
pierda centralidad téorica. No es la única respuesta, hay otra (de raíz
antropológica): el proletariado se va a liberar cuando sea una fuerza
femenina, es decir, cuando haya abandonado la masculinidad.
No hace falta mucho esfuerzo para darse cuenta
de que los que inventaron la teoría de la centralidad obrera eran todos
varones. Esto es una forma semiconsciente de autoperpetuarse en el primer plano
de la historia.
Si uno ve el “top ten” de los mayores asesinos
de la Historia va a ver 10 varones. Pero lo mismo ocurre con con el top 50. Y
con el top 100. Hay que correrse del eje. Lxs kurdxs resuelven el problema de
la organización económica poniendo a la mujer en el centro de la economía, de
las cooperativas y de las comunas.
El problema de la centralidad del
proletariado, en particular su variante industrial, está relacionado con el
economicismo, otro mal típicamente menottista. La falta de determinada
información histórica de la que adolecían los teóricos del siglo XIX, los llevó
a consideraciones no del todo exactas, o por lo menos incompletas.
Durante el siglo XX el antropólogo francés
Pierre Clastres demostró que hubo imperios (grandes estados) miles de años
antes de la roturación de la tierra y el cultivo sedentario. Lo mismo ocurre
con el patriarcado, un sistema que ha existido (y aún subsiste) en tribus y
federaciones de grupos colectivistas (sin propiedad privada de la tierra y
otros bienes).
Es imposible explicar el surgimiento del
patriarcado, y llegar al desarrollo de nociones feministas, a través de una
visión economicista. Esto se debe a que el ejercicio del poder masculino y
patriarcal significa un “goce en sí mismo” para el que lo ejecuta,
independiente de variables económicas la mayoría de las veces:
La mayor parte de las veces no se golpea, no
se amenaza o no se viola para “explotar mejor” o para “disciplinar aún más el
trabajo alienado”; se lo hace por puro ejercicio del poder, por el goce que
éste representa.
La mayoría de los teóricos de la nueva
izquierda de los 60 y 70 han buscado formas de mantener la teoría de la ganancia del marxismo pero
extendiéndola al terreno extra-económico: “capital simbólico” (Bourdieu), “plus
de goce” (Lacan) y otras, abordaban la problemática del poder utilizando el
aparato teórico marxista.
En lo particular, me cuesta entender cómo un
operario que fabrica escarbadientes (y que solo realiza una parte mínima en la
fabricación del mismo), tiene más importancia estratégica que un cirujano o un
docente.
Mi pensamiento tiende a ubicarlos en una
situación de importancia pareja. Propongo que hablemos de proletariado en
sentido amplio, o sea de todos los oficios. Desde esa perspectiva, en Kurdistán
no falta sujeto sino al contrario: están todos lxs trabajadores en plano de
igualdad (dentro de su cooperativa laboral, y políticamente dentro de la
comuna).
El capitalismo ha obrado durante el último
siglo de manera tal de prevenir revoluciones proletarias triunfantes. Ha dado
sucesivos “salariazos” al proletariado industrial mundial de manera de alejarlos
de sus compañerxs de clase en el campo, de los parados, de los trabajadores
informales, de los trabajadores no calificados, etc.
El capitalismo renuncia a una tasa
considerable de plusvalía en forma de sueldos desde donde intenta lograr pacificación y acatamiento, no
sin relativo éxito. Desde ya esto no significa que haya que abandonar a este
sector tan importante; al contrario implica cierta creatividad teórica para,
sin abandonar las demandas clásicas, repensar puntos nodales de acción.
Por ejemplo, en muchas siderúrgicas, las
listas sindicales opositoras (clasistas) operan con relativa libertad y
visibilidad, en cambio aquellas agrupaciones que denuncian la contaminación y
los casos de cáncer tanto entre la población obrera de la empresa como de lxs
vecinxs, se ven obligadas a operar clandestinamente, bajo amenaza de despidos y
represalias violentas.
La importancia del aspecto económico
(traducido en sueldos, convenios, lucha contra los despidos, etc.) se explica
por el simple hecho de que en la economía está en juego nuestra vida (sin
comida no vivimos; si no llegamos a fin de mes no vivimos, etc.)
Sin embargo el capitalismo está tan agotado
como sistema que diariamente se obligado a poner en práctica formas de
explotación de los recursos y las personas que destruyen miles de vidas
cotidianamente como producto de la contaminación y el envenenamiento (por
ejemplo con el caso del fracking, que requiere del uso de cianuro).
Es importante entender que el capitalismo está
obligado a utilizar estos mecanismos destructivos a fin de perdurar en el
tiempo. Esto los lleva a una especie de nihilismo
corporativo dedicado a la ganancia rápida sin importar siquiera las
consecuencias de acá a 20 años.
De esta manera el capitalismo genera, sin
proponérselo, insurrecciones revolucionarias comunalistas que tienen como eje
la problemática ecológica, esto es, la defensa de los recursos y de la gente.
Por ejemplo la comuna de Keratea, en Grecia
(una pequeña villa agrícola que ha conseguido diversos niveles de autonomía del
estado y autogestión económica) ha surgido en 2011 como respuesta al intento
del gobierno (que intentaba recibir dinero como sea para salir de la crisis) de
poner un vertedero para toda la basura europea justo en dicha ciudad.
El pueblo de Keratea se insurreccionó,
enfrentando durante meses a la policía, y aprovechó el vacío para poner en pie
organismos y proyectos autogestivos con suerte diversa (el más vistoso y
triunfante, el de la uva).
La comuna de Atenco, en México, surge como
respuesta a la voluntad del gobierno de Vicente Fox de robar 5000 hectáreas de
tierra para poner un aeropuerto. Pero sin duda el caso más visible lo
constituya la guerrilla nigeriana MEND (Movimiento por la Emancipación del
Delta del Níger), una guerrilla comunitarista y ecologica formada por civiles
de los pueblos igbo, tallensi y tiv, tradicionales pueblos sin estado del Delta
del Níger.
Esta guerrilla MEND durante años ha luchado
contra las multinacionales Exxon Mobile, Agip y Shell que operaban en la zona
contaminando las aguas del Níger y generando muertes en niñxs y adultxs.
La táctica del MEND es la vieja táctica del
luddismo: destruccion de infraestructura. Ellxs no pueden esperar a que ls
operarixos de Shell, Exxon Mobile y Agip (que ganan altísimos sueldos, son
blancos y viajan en charters para no cruzarse con sus pares negros) se auto organicen,
luchen, tomen la planta, formen un comité de empresa y diseñen un mecanismo
ecológico de funcionamiento (si es que esto es posible); necesitan acabar con
el problema de inmediato.
Entonces un lanzacohetes destruye una tolva. Y
chau tolva. No es casual entonces que la variante más reaccionaria e inhumana
del ISIS en África (Boko Haram) opere justo en el Delta del Níger, ya que el
imperialismo teme que el MEND pueda transformarse en una fuerza revolucionaria
anticapitalista en la región.
Pocos años atrás se mostraron públicamente
usando banderas negras y rojas e implementando el lema de las brigadas
internacionales de España 36: “for our freedom and yours”, por vuestra libertad
y la nuestra). Actualmente el MEND es la única fuerza que combate a Boko Haram (los
perros defensores de las petroleras) con las armas (igual que lxs kurdxs con
respecto al ISIS).
Otra cuestión con la cual podemos enredarnos
es con el uso del término “socialismo”. En el marxismo dicha etapa es
equivalente a la dictadura del proletariado; pero lxs kurdxs no pueden esperar,
no pueden cumplir con lo que dice el reglamento, no tienen tiempo humano para
1) tareas democrático burguesas, 2) socialismo, 3) comunismo.
Necesitan liberarse aquí y ahora, entonces
experimentan de manera directa con el punto número 3, con errores y
contradicciones, pero lo buscan y en buena medida lo consiguen. Entonces pensar
en Kurdistán como algo que puede ir “en vías al socialismo” sería tratar de que
desanden parte del camino andado para que recorran de nuevo “el camino
correcto”.
El fin del socialismo en Cuba, la ominosa
penetración de Coca Cola y Rolling Stones nos llevan a buscar lo que sirve. ¿Y
qué sirve? Bueno, la Comuna de Chiapas existe hace 22 años, viven 120.000
trabajadores/as dentro de ella, y no tiene ninguna multinacional, no emplea
trabajo asalariado, no tiene presxs políticxs ni un solo caso de fusilamiento
interno.
Sin idealizar, se vive en un clima de franca
igualdad (nadie tiene un plasma en Chiapas, se equipara para arriba o para
abajo pero siempre en forma ecuánime). Un viejo chiste eslavo decía: “¿Cuál es
la diferencia entre los dirigentes soviéticos stalinistas y los dirigentes
yugoslavos titoístas?, que en la URSS los dirigentes viajan en limusina, en
cambio en Yugoslavia el pueblo viaja en limusina a través de sus dirigentes.”
La comuna de Chiapas pone fin a eso, la foto
del Sub Marcos con el trapeador de piso pone fin a la jerarquía en los
proyectos revolucionarios.
Y no es curioso que este modelo este siendo
imitado cada vez más por más y más movimientos (por ejemplo la reciente Comuna
de Barbacha, en la Kabylia argelina, una comuna antiestatal y anticapitalista
que toma el modelo de Chiapas y se nutre de la tradición histórica de sus
organismos asamblearios tradicionales, los aarch).
Otro elemento que tenemos que tomar en cuenta
es la tradición organizativa y cultural de los pueblos (lo cual también es un
argumento en contra de la centralidad de la teoría revolucionaria).
No es casual que lxs chiapanecxs, oaxaqueñxs, purépechas
y otros pueblos en México, lxs bereberes de la Kabylia, lxs kurdxs, lxs igbo y
los ancestralmente democráticxs griegxs estén liderando las luchas
revolucionarias en el mundo y llevando a cabo sistemas de autogobierno y autogestión
en medio de la peor crisis capitalista de la historia.
El capitalismo, para funcionar necesita un
alto grado de disciplinamiento (en particular en la industria pesada), y estos
pueblos llevan en su historia elementos probatorios de que otro tipo de
sociedad, más humana, sana, libre e igualitaria es posible.
Con lo cual la teoría revolucionaria pierde
centralidad, y cede su lugar a los hechos. Esto no quiere decir que haya que
dejar de hacer teoría revolucionaria: quiere dar cuenta de la imposibilidad de generar una teoría
revolucionaria completa. Lxs revolucionarixs tendremos que conformarnos con
movernos y actuar solamente con fragmentos de ella.
Nuestros principios bilardistas nos dicen que
no sirve de nada perder teniendo la razón. Tenemos que ganar, aunque sea
sacrificando un poco los postulados. Tenemos que vencer, aunque sea haciendo un
poquito de trampa. Tenemos que triunfar. Como sea.
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