Los mercenarios del Estado Islámico están siendo derrotados
en varios frentes, tanto en Siria como Iraq, ya que los integrantes del “Pacto
5 más 1” que dio lugar a las conversaciones de Ginebra -Obama, el Papa, Putin,
Irán y compañía- decidieron acabar con el poderío de las bandas apoyadas por
Turquía, Qatar, Arabia y un sector del Partido Demócrata yanqui.
Esta resolución beneficia al pueblo kurdo, el
más afectado por el avance de los islamitas. Por esa razón, las
principales fuerzas que están al frente de la ofensiva militar son las YPG/YPJ de
Rojava. Coincidimos con la necesidad de derrotar militarmente a ISIS, ya que su derrota
ayudará a la liberación de los pueblos de toda la región.
En ese sentido, desde Kurdistán Desde el Sur no podemos sino
ubicarnos en la trinchera de las milicias kurdas, colaborando con todo lo que esté
a nuestro alcance. Sin embargo, tampoco podemos dejar de alertar el peligro que
significan las tropas imperialistas, que están en la región con el supuesto propósito
de “ayudar” en la lucha por la “libertad y la democracia”.
Los yanquis y los franceses están en Faluya, Raqqa o
Manbij para defender sus intereses, tratando de llevar “agua para su
molino”, garantizando el cumplimiento del “5 más 1”, que significa entregarle
el poder de agente de la estabilización regional al Estado Teocrático de Irán, cuya
dirección influye a Bashar en Siria y a los gobiernos de Líbano e Iraq.
Irán, a través del ejército de Al Assad, las milicias libanesas
de Hezbollah en Líbano y las tropas oficiales de Iraq, tratará de garantizar la
gobernabilidad para que monopolios que están detrás del mencionado
pacto saqueen a su gusto. Ya, en los hechos, lo están haciendo en Irán, que
abrió sus fronteras para los negocios de yanquis, italianos, franceses y demás.
Mientras tanto Estados Unidos está tratando de “domesticar”
a los kurdos, intentando que sus líderes acepten algún grado de “autonomía”
nacional que no cuestione la unidad de Siria ni de Iraq. Un engaño
al servicio de mantener en el poder a las camarillas, como las de Bashar y
Barzani, que una vez fortalecidas masacrarán a los revolucionarios kurdos.
El pueblo kurdo debe comprender que la única manera de
liberarse es apoyándose en sus propias fuerzas y en
la solidaridad obrera y popular internacional. Todo lo que venga de manos de
los imperialistas -por más armas y tecnología que traigan- se transformará en
un moderno “Caballo de Troya” desde el cual se atentará contras las conquistas
de la revolución de Rojava.
Estamos en el mismo lado que los kurdos y las kurdas en su
lucha contra Estado Islámico. Hemos hecho y continuaremos haciendo todo lo
posible para apoyar y convocar a la solidaridad con esta heroica lucha. Pero,
desde esa misma trinchera, decimos que no solo no hay que confiar en los imperialistas,
sino que es necesario deshacerse de todos ellos.
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