Marines yanquis con las insignias de YPG en la ofensiva contra Raqqa, la capital del Califato. |
Por Juan Carlos Beica
De acuerdo a una
reciente nota escrita por el Kurdish Question en su portal de internet, no
habría demasiados inconvenientes en aceptar la intervención de las tropas
imperialistas -en la ofensiva contra la Capital del Califato, Raqqa- porque su
presencia es aún poco significativa y porque son las milicias kurdas las que
tienen el protagonismo central en esta guerra.
La nota, que
expresa cierta preocupación y debate entre las filas de quienes
apoyan la causa kurda, trata de encontrar argumentos para minimizar las
consecuencias de la intromisión imperialista, que lejos de ser “poco
significativa” -debido a la mínima cantidad de efectivos involucrados- es, en
el plano político, más que audaz y ofensiva.
Para los
compañeros del KQ, una de las razones principales del despliegue de tropas
terrestres yanquis, es que Obama pretende “mantener su estrecha alianza con
Turquía, que está fuertemente opuesta a cualquier tipo de autonomía kurda… una
fuerte indicación del compromiso de Washington de no quedar en el lado
equivocado del régimen de Ankara.”
Otro argumento
utilizado por Kurdish Question es que los Estados Unidos podrían estar “ayudando
a las fuerzas de autodefensa por razones de propaganda, o sea para demostrar
que la administración de Obama se preocupa por derrotar a Daesh y que el
Presidente está tomando la acción militar clara, pero limitada que muchos
estadounidenses quieren ver.”
“Ese puede ser
el enfoque principal de Washington. Y los efectos a largo plazo que una
presencia temporal de Estados Unidos podrían tener en Rojava pueden llegar a
ser mínimos. Al mismo tiempo, Rojava podría realmente beneficiarse de este
apoyo estratégico - independientemente de las verdaderas intenciones de
Washington.”
Desde nuestro
punto de vista estas son razones secundarias. La intervención imperialista tiene
que ver con otra cuestión fundamental: ¡Están allí para defender sus propios
intereses, desplegando soldados para sostener a sus capataces, que son los que aplican -o
tratan de hacerlo- sus planes al servicio del saqueo de los recursos y el
control geopolítico de Medio Oriente!
Obama,
producto de su debilidad -ya que los yanquis no pueden controlar la región de
manera directa- se vio obligado a pactar con el gobierno que tiene cierta
autoridad en la región, Irán, de manera de convertirlo en el garante de la
gobernabilidad y la estabilidad capitalista de toda la zona. Ese acuerdo, que
involucra al Papa y a Putin, se denomina “Cinco más Uno”.
El “5+1”, que
abrió las puertas de Irán al ingreso de los capitales imperialistas,
transformando a ese país en una verdadera colonia, le dio el control del
ejército de Iraq a la burguesía shiita ligada al estado teocrático de Irán y le
dejó las manos libres a Rusia para sostener al carnicero Erdogan, uno de los
aliados estratégicos de Irán en Medio Oriente.
En este marco,
la ofensiva sobre Raqqa, más que para aplastar a ISIS, se está llevando
adelante con el mismo propósito que los combates contra Faluyah y Mosul en Irak
-también apoyados por tropas de EE.UU.-, que es el de fortalecer al eje Bashar,
Hezbollah, ejército iraquí e Irán, por lo tanto a varios de los enemigos
estratégicos del Confederalismo Democrático kurdo.
Desde nuestra
ubicación, de apoyo incondicional a la causa del pueblo kurdo y a la revolución
democrática que está llevándose adelante en las tierras de Rojava y tiende a
extenderse a otras regiones, alertamos sobre esta situación, haciendo un
llamando a la reflexión: ¡Nada bueno va a venir de los principales enemigos de
la democracia y el Socialismo!
Nada bueno
traerá el fortalecimiento de los enemigos regionales de los trabajadores y los
pueblos, particularmente de los kurdos -los regímenes sirios, iraníes e
iraquíes- que han declarado fidelidad a una tarea que los unifica, como es la
de acabar el Federalismo de Rojava, con la cual coinciden con todas las
potencias imperialistas, comenzando por EE.UU.
El pueblo
kurdo debe valerse de todos los recursos para pelear, incluido el apoyo aéreo
de los yanquis, pero aliándose estratégicamente con los únicos sectores sociales
y políticos interesados en llevar hasta las últimas consecuencias la Revolución
de Rojava, como son los trabajadores y las masas pobres de Siria, Turquía, Irán
e Iraq y las organizaciones de izquierda.
Para eso tienen
que apuntar sus cañones en contra de las dictaduras de esos cuatro países,
empalmando con los pueblos que las enfrentan y proponiéndoles la salida más
consecuente a la barbarie capitalista: la construcción de una Federación
Socialista de Medio Oriente, apoyada en la solidaridad internacional, las
asambleas y las milicias populares como las de Rojava.
Nota del
Kurdish Question con la cual polemizo:
COOPERACION
ESTRATÉGICA DE ROJAVA CON EE.UU.
Con las
recientemente lanzadas Fuerzas Democrática de Siria (SDF), las ofensivas
dirigidas a empujar Daesh (Isis o Isil) fuera de su autoproclamada capital en
Raqqa, el mundo ha visto quizá la más estrecha cooperación aún entre los EE.UU.
y las fuerzas armadas de Rojava, elevando la pregunta: ¿es un buen ejemplo de
desarrollo, malo, o ninguno?
En primer
lugar, el contexto
Originalmente,
Rojava estaba completamente aislada - y en lo concreto, rechazada - por EE.UU,
que parecía mucho más feliz apoyando a las fuerzas chovinistas (ya sean
islamistas o nacionalistas) en Siria.
Dos años
después de la autonomizacion de Rojava con respecto al régimen de Al Assad en
2012, el vicioso asalto de Daesh sobre Kobani llevó la experiencia
revolucionaria de Rojava a la luz en el plano internacional, si es que el
impresionante rescate de yezidis de Sengal en Irak en manos de los kurdos
revolucionarios no lo había logrado aún el mes anterior.
Con las
fuerzas de defensa de Rojava - YPG y YPJ - resistiendo heroicamente a Daesh en
Kobani, los EE.UU. ya no podían seguir mirando para otro lado (sobre todo
porque los medios de comunicación estaban en el lado turco de la frontera
viendo como Daesh avanzada y cómo la Coalición liderada por Estados Unidos no
hacía nada contra Daesh).
Como
resultado, hubo una mayor cooperación estratégica entre las fuerzas terrestres
de Rojava y las fuerzas aéreas lideradas por Estados Unidos desde finales de
2014 en adelante.
Algunos
partidarios internacionales de la revolución laica, igualitaria de género, y
democrática directa de Rojava comenzaron a sentirse muy incómodos con esta
cooperación, en particular con los EE.UU., que desde hace muchos decenios es la
primer potencia imperialista en el mundo, haciendo todo lo posible para
destruir cualquier movimiento que olía incluso un poco a socialismo.
Esta cautela,
por lo tanto, fue completamente justificada. Pero el problema principal era
siempre cuánta influencia podría tener en realidad EE.UU. en Rojava. ¿Podría la
superpotencia empujar a la región a compromisos con su proyecto político
radical?
¿O sólo
cooperar con las fuerzas de Rojava en una alianza temporal basada enteramente
en derrotar a Daesh que sus propios aliados (y posiblemente incluso su propio
servicio secreto) habían colaborado vergonzosamente en crear en un primer
momento? Es en este
contexto en que se puede determinar el valor (o falta del mismo) de las fuerzas
especiales norteamericanas sobre el terreno durante la actual ofensiva en
Raqqa.
¿Bueno, malo o
ninguna?
Bueno
El territorio
de Rojava todavía se encuentra aislado por los bloqueos turcos e iraquíes, lo
que significa que sin los brazos y el apoyo aéreo que los EE.UU. puedan
proporcionar, las esperanzas de supervivencia de la revolución disminuirían
significativamente - aunque Rusia también ha mostrado interés en Rojava en los
últimos meses, y potencialmente podría intervenir si el apoyo estadounidense
disminuye.
Mientras que
una alianza con los EE.UU. puede estar lejos de ser ideal, quizás simplemente
se trate de una cuestión de vida o muerte. Mientras tanto, el hecho de que los
artículos de la constitución de Estados Unidos han considerado a Rojava digna
de apoyo militar - al menos temporalmente - sin duda aumenta sus posibilidades
de salir del conflicto sirio intactos.
Y a menos que
su proceso político progresista se deteriore de manera significativa como
resultado de la alianza estratégica, su supervivencia debe ser vista como algo
positivo.
Malo
Las
posibilidades de que los EE.UU., dada su trayectoria política exterior
histórica lamentable, simplemente "dejen ser a la Revolución de
Rojava" son realmente bajas. Mientras que la amplitud de la interferencia
dependerá de una serie de factores, Washington casi seguro tratará de animar a
la administración Rojava para llevar a cabo ciertos compromisos políticos a
cambio de su apoyo.
Si los líderes
de Rojava conceden demasiado terreno a los EE.UU., se podría dar el
inconveniente de la disminución en el apoyo de cualquier partidario de la
política radicalmente democrática de Rojava.
Al mismo
tiempo, la presencia de Estados Unidos en Siria también dan tanto a Daesh como
a Al Assad la oportunidad de decir: ¡Oye, mira! ¡Los kurdos son marionetas de
los cerdos imperialistas!". Los beneficios de esta propaganda para ambas
fuerzas nacionalistas e islamistas en Siria podrían ser muy significativos.
Otro punto es
que algunas fuerzas menos informadas sobre el terreno pueden comenzar a creer
que los EE.UU. son una fuerza intrínsecamente buena para la región, lo que
definitivamente no es así.
Tan sólo hay
que mirar a los crímenes de guerra anti-kurdos cometidos por aliados súper
poderosos de la OTAN en Turquía - que también están atacando Rojava - para
darse cuenta de que la verdadera política de Estados Unidos es hipócrita e
interesada.
El hecho de que
una serie de países (incluida Rusia) hayan abierto oficinas de representación
de Rojava y que en los EE.UU. esto no haya ocurrido, es también un fuerte
indicador de la renuencia de los EE.UU. para apoyar políticamente a Rojava.
Como Kurdish
Question ha señalado recientemente, la declaración de la Federación de Rojava -
Norte de Siria del 17 de marzo del año 2016 fue rechazada por casi todos los
principales actores en el conflicto sirio, además de Rusia.
Y los EE.UU.
fueron uno de estos jugadores. Los funcionarios estadounidenses han dejado
claro que no van a respaldar el proyecto político, lo cual es irónico (como
mínimo), dado el hecho de que el propio EE.UU. es un país federal.
La gran razón
para rehuir la experiencia de esta manera es que Washington aún quiere mantener
su estrecha alianza con Turquía - que está fuertemente opuesta a cualquier tipo
de autonomía kurda (ya sea en Turquía o en Siria).
Las recientes
críticas a los soldados estadounidenses que llevan las insignias YPG en Siria
de Ankara, por ejemplo, obligó a un portavoz militar estadounidense a señalar
que las tropas estadounidenses no habían sido autorizados a hacerlo, y que
habían recibido la orden de retirarlos.
Esta es una
fuerte indicación del compromiso de Washington de no quedar en el lado
equivocado del régimen cada vez más autoritario de Ankara.
Ninguna
Sopesando
todos estos factores, hay aspectos positivos y negativos en lo estratégico, por
lo cual es difícil llamar a la cooperación entre Estados Unidos y Rojava
"buena" o "mala". En esencia,
sin embargo, es probable que unas pocas docenas de tropas de operaciones
especiales estadounidenses en el suelo generen muy poca diferencia de todos
modos.
La gran
mayoría de los combates todavía serán librados por las Fuerzas Democráticas de
Siria. La reconstrucción de las comunidades después de la liberación de Daesh
todavía será realizada por personas influidas o inspirados por la Revolución de
Rojava.
Y la gloria de
derrotar a Daesh recaerá sobre las Fuerzas Democráticas de Siria. Cualquier
intento por parte de la EE.UU. de tomar crédito para cualquiera de estas cosas
sería muy arrogante, y cualquier persona con cualquier sentido vería a través
de sus intenciones.
Un punto
final. Es muy posible que los EE.UU. solamente estén ayudando a las fuerzas de
autodefensa por razones de propaganda - para demostrar que la administración de
Obama se preocupa por derrotar a Daesh y que el Presidente está tomando la
acción militar clara, pero limitada que muchos estadounidenses quieren ver.
Ese puede ser
el enfoque principal de Washington. Y los efectos a largo plazo que una
presencia temporal de Estados Unidos podrían tener en Rojava pueden llegar a
ser mínimos. Al mismo tiempo, Rojava podría realmente beneficiarse de este
apoyo estratégico - independientemente de las verdaderas intenciones de
Washington.
Pase lo que
pase en los próximos meses, esta alianza estratégica es sin duda un desarrollo
del que tenemos que ser precavidos, y cuyo progreso tenemos que seguir con
mucho cuidado.
Pero también
hay razones para un análisis muy tranquilo y medido de la situación, como para
conjeturar las conclusiones que podrían tener algunos de los partidarios
internacionales de Rojava dando la espalda a uno de los procesos políticos más
progresistas alguna vez desarrollados en el Oriente Medio, e incluso el mundo.
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Es muy interesante esta nota, creo que el interes de EEUU es siempre el mismo, el imperialismo y tu meodologia es romper totalmente este hermoso proyecto de la revolucion en Rojava, y como partcipe de solidaridad internacional con el pueblo Kurdo, debemos ser precavidos ante cualquier atentado de parte de EEUU. Es importantisimo que politicas del Pueblo kurdo sean concientes ante la barbarie que puede desatar mas intervencion del imperialismo.
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