Efectivos yanquis con las insignias de YPG, a pocos kilómetros de Raqqa, la capital del Califato. |
Por Juan Carlos Beica
Días atrás comenzó la ofensiva contra la “Capital del
Califato” islámico, la ciudad de Raqqa, una operación que está siendo conducida
por las fuerzas kurdas YPG/YPJ, que cuentan con varios miles de combatientes en
el terreno dispuestos a echar al Estado Islámico de esa localidad.
En declaraciones posteriores, los voceros del PYD, que es el
partido político más importante del norte de Siria o Rojava, aclararon que su
intención era ubicar a la región de Raqqa “dentro del sistema federal” que
están construyendo en el conjunto de Rojava.
El representante de la ONU para las negociaciones sobre Siria,
Staffan de Mistura, rechazó las pretensiones kurdas, manifestando tajantemente que
"El cambio de tipo de Estado en Siria, es decir un sistema federal para
Siria, no se incluye en la agenda de las negociaciones."
A pesar de que Obama coincide con de Mistura, envió 250
marines para apoyar la ofensiva sobre Raqqa, decisión que no se contradice con
el desembarco de otro contingente en territorio kurdo iraquí para entrenar a los
“peshmergas”, enemigos del federalismo en Rojava.
Es que la crisis e imposibilidad de ejercer el dominio
directo sobre el territorio, junto con las contradicciones que tiene con
Turquía o Arabia, obligan a Obama a “poner huevos en diferentes canastas”, tratando
de mantener su influencia en la región.
Para eso, el presidente yanqui firmó un acuerdo político -denominado
“Cinco más Uno”- con los regímenes de Irán, Siria y el Vaticano, mediante el
cual le otorgaron a las fuerzas del estado teocrático de Irán un poder decisivo
al servicio de la estabilización capitalista de la región.
La política de Obama profundizó los enfrentamientos con un
sector del imperialismo relacionado al conglomerado militar industrial -liderado
por un ala de los republicanos- que a su vez tiene relaciones con los gobiernos
de Arabia, Turquía, Qatar y otros países del Golfo.
Estas contradicciones favorecieron la lucha de los pueblos de
Medio Oriente, particularmente los kurdos, que las aprovecharon, conquistando el
norte de Siria y algunas zonas del Kurdistán iraquí, donde están construyendo
el “Confederalismo Democrático”.
Obama, enemigo del "Federalismo" kurdo
Más allá de las intenciones de su conducción -que no está
decidida a construir el Socialismo ni a romper con la burguesía- el sistema “federal”
que promueve es contradictorio con los planes de los capitalistas que combaten
en la zona, porque de aplicarse significaría la conquista de libertades
democráticas que, por su debilidad, estos no están en condiciones de otorgar.
Obama, Bashar Al Assad, Rohuani y el Vaticano se juegan a imponer
gobiernos burgueses “fuertes” o directamente dictatoriales, que mantengan la
unidad territorial de Iraq y de Siria, garantizándoles la implementación de
planes políticos y económicos al servicio del saqueo de los recursos por parte
de las multinacionales que los mandatan.
El envío de marines a Raqqa no es una decisión ajena a estos
planes. Las tropas de Obama no están allí para ayudar al pueblo kurdo a
liberarse de sus verdugos, sino para condicionar, desviar y boicotear
cualquier posibilidad de democratización y de lucha consecuente contra la
opresión nacional y social, por lo tanto para atentar contra el "Confederalismo Democrático".
¿Cómo no van a hacer esto los imperialistas yanquis, que son
los terroristas más sanguinarios que existen en el mundo… los responsables del
asesinato de millones mediante las intervenciones militares directas o como
consecuencia de la aplicación de sus políticas de ajuste, saqueo y represión?
¿Cómo no van a hacer esto quienes apoyan a las dictaduras
asesinas del pueblo kurdo, como las que encabezan el Sultán Erdogan, los
ayatollahs que conducen el estado teocrático de Irán, el carnicero Bashar Al
Assad o el cipayo Masud Barzani?
Desde nuestro lugar -de incondicional compromiso
con la lucha del pueblo kurdo- nos oponemos a la presencia de militares
imperialistas junto a las milicias YPG/YPJ, haciendo nuestras las recientes declaraciones
del ministro de defensa de Rojava, Ismet Hassan: "Servimos a los intereses
del pueblo sirio y no los de los Estados Unidos o los de Rusia”.
Sus palabras apuntan en el mismo sentido que las del hermano
de Saleh Muslim, principal dirigente del PYD. Mustafá Muslim advirtió que “La
historia se podría repetir nuevamente y los poderes internacionales dejarán
nuevamente de lado a los kurdos una vez que alcancen sus propios
objetivos.”
"El pueblo kurdo debería aprender esta lección de la
historia, desconfiando de las grandes potencias… Rusia y Estados Unidos están
apoyando ahora a los kurdos, particularmente en Siria, pero solo para conseguir
sus propios intereses y objetivos… nosotros podremos vencer a Turquía con el
apoyo de los árabes y los kurdos…”
“Los poderes extranjeros siempre utilizaron a los kurdos
para su propio beneficio… por eso después del acuerdo Sykes-Picot de 1916 y la
Primera Guerra, Alemania, Francia e Inglaterra determinaron la partición del
viejo Imperio Otomano para dividir al pueblo kurdo, al cual siempre miraron
como una amenaza”.
La crisis del imperialismo y sus divisiones entre sectores que guerrean entre sí, apoyando a diferentes facciones de las burguesías
de Medio Oriente, ha sido una bendición para el pueblo kurdo, ya que le
facilitó la conquista de un territorio que no podrían haber alcanzado en otras circunstancias.
Esta situación debe ser aprovechada para continuar avanzando
y ayudar al resto de los pueblos a pelear contra sus respectivas dictaduras. Abrirles las
puertas a los marines boicotea esa perspectiva y constituye un mensaje nefasto
para las masas de Medio Oriente, ya que embellece la figura de Obama y su banda
de criminales.
La única manera de impulsar la democratización consecuente es
poniéndose al frente de la lucha contra todos los gobiernos burgueses de la región y las grandes potencias
que las sostienen. La mejor manera de lograrlo es mediante la construcción del Socialismo,
un sistema que se basa en la democracia directa -que promueven los kurdos- pero también en la expropiación de las
grandes propiedades y riquezas para ponerlas al servicio de los trabajadores y
los pueblos.
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