viernes, 9 de diciembre de 2016

Luego de Aleppo, al-Assad apunta sus cañones contra el Federalismo Kurdo

Por Juan Giglio

Bashar al-Assad, con el apoyo de Rusia, Estados Unidos e Irán, y el visto bueno de sus rivales regionales turcos - que invadieron el norte de Siria acordando con los funcionarios del régimen - está cerca de conquistar la ciudad de Aleppo, uno de los bastiones de la resistencia contra la dictadura genocida, que asesinó a cientos de miles de sirios y sirias.

Más allá de la presencia de cientos o, quizá, miles de milicianos “yihadistas” - que trabajan para Arabia, Qatar, Turquía y un sector del imperialismo yanqui - no se puede entender la durísima resistencia de esa ciudad sin asumir que fue , principalmente, el pueblo de Aleppo quien combatió ferozmente a la dictadura, responsable de los peores crímenes.

Aleppo se mantuvo en pie durante tanto tiempo porque sus pobladores rechazaron a Bashar al-Assad y sus políticas, como parte de un proceso que comenzó con la denominada Primavera Árabe entre 2011 y 2012. Por eso aún existen combatientes que nada tienen que ver con las bandas de mercenarios ligadas a los gobiernos más reaccionarios de Medio Oriente.

Lamentablemente, la heroica lucha de Aleppo y otras ciudades mártires no empalmó con la de los trabajadores y el pueblo del Kurdistán sirio o Rojava, que con sus milicias y asambleas populares conquistaron una región significativa del país, defendiéndola de las agresiones de ISIS y del régimen, que por su debilidad nunca se animó a recuperarla. 

La responsabilidad de esta falta de unificación no es de las bases, sino de las conducciones políticas, como la de los kurdos,  que no tuvo la política de tender puentes hacia el resto del pueblo sirio, con la excusa - equivocada - de que la lucha de Aleppo y otras ciudades tenía lugar entre dos fuerzas de igual contenido reaccionario: “el régimen y los terroristas”.

De esta manera, la dirección del pueblo kurdo - el PYD y sus aliados - se alejó de las masas que combatían heroicamente a la dictadura, fortaleciendo en los hechos a esta última. Independientemente de nuestra solidaridad con Rojava, desde KDS nos hemos expresado al respecto, criticando la inconsecuencia de la conducción kurda en su lucha contra el régimen.

Esta situación tiene que hacer reflexionar a los luchadores y luchadoras del Kurdistán, que continúan siendo la vanguardia del proceso revolucionario de Medio Oriente, como lo demuestra la invasión turca al norte de Siria - avalada por Bashar, Rusia, Irán y EE.UU. - que no tiene otro propósito que el de acabar con la experiencia federalista.

La pregunta que se tienen que hacer es, si ¿Los enemigos de Rojava están más o menos fuertes que antes? Estado Islámico está en pleno retroceso, por lo tanto los enemigos fundamentales del federalismo continúan siendo los históricos: Erdogan, Bashar y el régimen iraní, que no por casualidad están trabajando juntos para desalojar Aleppo.

Para esta gente “limpiar” la ciudad no significa aplastar a los mercenarios, ya que la mayoría está huyendo de la mano de Turquía. Para Putin, Erdogan, Bashar, Rohuani y Obama, significa masacrar a los sectores más consecuentes y a una parte del pueblo, de manera de propalar un mensaje claro: ¡Que nadie ose levantarse contra la dictadura, porque así le irá!

Es que la política del imperialismo, que fue refrendada en el Pacto 5 más 1 con Irán y que el mismísimo Trump está dispuesto a continuar, no es otra que la de fortalecer al único “actor” capaz de garantizar la estabilidad capitalista de la región, Irán, que tiene a Hezbollah, por un lado y a al-Assad, por el otro como dos de sus intérpretes fundamentales.

Los asesores de las grandes potencias ya están trabajando para eso, que en la práctica significa jugarse a aplastar la otra pata de la Revolución Siria, que es la experiencia federalista de Rojava, que en los hechos y más allá de las intenciones de sus dirigentes, cuestiona el statu quo impuesto con los tratados de Sykes Picot, Sevres y Laussane luego de la Primera Guerra.

Por eso, ni uno solo de los mandatarios de las grandes potencias apoya al Confederalismo Democrático. Todos usan o tratan de usar a los/as kurdos/as para avanzar hacia la obtención de sus intereses mezquinos, pero ninguno está dispuesto a aceptar la existencia de una región autónoma, tenga o no un carácter socialista, como la Cuba de la primera época.

En ese sentido, tanto Putin, como Obama, Rohuani, Erdogan, los jerarcas europeos y Donald Trump, aceptaron mantener en pie al hasta hace un tiempo atrás vilipendiado Bashar al-Assad, quien, aprovechándose de las circunstancias - y en acuerdo con Irán - está levantando vuelo y apuntando sus cañones hacia Rojava, de manera de completar su obra contrarrevolucionaria.

Por esa razón, no es casual que en sus últimas declaraciones, el carnicero más feroz de Medio Oriente, haya dicho que “La constitución no permite al federalismo” y, que “las estructuras federales creadas por los kurdos son temporales”. (ARA new, 8 de diciembre de 2016)

Según continúa esta fuente: “Ellos tomaron ventaja de la ausencia del estado en áreas del norte, aprovechando la ocasión para crear estructuras sociales específicas, que tienen determinadas formas políticas y les sirven para administrar determinadas cuestiones relacionadas a los asuntos del pueblo. Sin embargo ese federalismo es temporal.”

“Esas facciones - se refiere a los partidos kurdos - son diversas: algunas patrióticas, otras de carácter mercenario e incluso están las que buscan la separación y el federalismo. La situación, por lo tanto, es muy diversa y complicada. Nosotros no vamos a tomar una sola posición al respecto, sino que depende de cada caso en particular.”  

“Apoyamos a todos los que pelean contra los terroristas. La cuestión del federalismo es diferente, porque está relacionada al cumplimiento de la constitución y al mantenimiento del estado… La constitución no permite que suceda y para reformarla hace falta un referéndum. El estado no está dispuesto a encarar estas soluciones, que la mayoría de los kurdos no apoya”.

Dejando en claro que el tema no será resuelto por los kurdos, sino por el estado sirio a través de alguno de sus mecanismos antidemocráticos - como el referéndum - Assad declaró que “estaba dispuesto a trabajar con Donald Trump, porque había dicho que su prioridad no era echar al gobierno sirio sino acabar con el terrorismo de Estado Islámico”.

Un miembro del Movimiento de la Juventud Kurda, Bader Mustafa, le respondió, explicándole por que los kurdos, siendo una minoría, nunca podían aceptar la decisión del estado sirio: “no somos una minoría voluntaria o natural, estamos en esa situación debido al tratado de Sykes-Picot, impuesto para dividirnos artificialmente y evitar la construcción de nuestro propio estado, por lo tanto es más que obvio que los kurdos no queremos un estado centralizado en Siria.” (ARA news, 8 de diciembre de 2016)

Quienes integramos el espacio de Kurdistán Desde el Sur y hemos dado muestras más que suficientes de apoyo a la lucha por los derechos elementales del pueblo kurdo, les decimos a ellos y ellas - a quienes consideramos nuestros compañeros y compañeras - que ¡No habrá manera de mantener el sistema federal sin derrotar a los enemigos de la democracia!

Los rivales irreconciliables de las asambleas populares, los derechos de las mujeres y la autonomía - aún la más limitada - son las dictaduras de Medio Oriente, desde el estado sionista, hasta la del “Sultán” Erdogan, pasando por Arabia, Qatar, Irán, Siria, Jordania y demás engendros al servicio de los monopolios imperialistas yanquis y europeos.

No rechazamos las alianzas militares tácticas, aún con los rivales más encarnizados, si es que sirven para avanzar hacia los objetivos estratégicos. Sin embargo, en ese contexto, estamos convencidos de que, luego de la invasión de Turquía al Norte de Siria y el triunfo de Bashar en Aleppo, lo que se viene es un combate feroz contra estos dos regímenes.

Erdogan y al-Assad tienen muchas diferencias y motivos más que suficientes para entrar en guerra entre sí. No obstante, cuentan con un punto fundamental de unidad, que es el de acabar con los deseos autonomistas y libertarios del pueblo kurdo, para lo cual tienen el apoyo de las principales potencias mundiales y de la región.

Los kurdos y las kurdas tienen en las montañas a sus “grandes amigos”. Pero para triunfar, deben apoyarse, de acá en más, en aliados tanto o más incondicionales que estas: ¡Los trabajadores y los pueblos de todo el mundo y las organizaciones revolucionarias, que enfrentan, no casualmente, a sus mismos enemigos imperialistas!

Los socialistas revolucionarios creemos, que para eso, la mejor de las estrategias pasa por luchar por el único “modelo” opuesto por el vértice al de la “la modernidad capitalista”, que denuncia Abdullah Ocalan, como es la construcción y extensión de una Federación de Estados o Entidades Autónomas de Medio Oriente, de carácter Socialista. 

Esto implica construir una alianza fuertísima con los pueblos de Irán, Turquía, Siria, Iraq y demás, para echar a sus dictaduras e imponer regímenes de democracia directa - como Rojava - la expropiación sin pago de las grandes petroleras, las tierras, las entidades financieras y demás empresas imperialistas, de manera de hacerlas funcionar al servicio de las mayorías.


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