viernes, 23 de septiembre de 2016

La "independencia" del PTS en Siria lo ubica junto a los enemigos del pueblo kurdo

El proceso de la lucha de las mujeres kurdas merece el
apoyo de todas las organizaciones revolucionarias.
Por Juan Giglio

En una nota de Izquierda Diario -número 33, setiembre de 2016- Claudia Cinatti, del PTS, analiza la situación siria, definiendo la existencia de tres conflictos: el que enfrenta a Irán con Arabia, el de los kurdos por su autodeterminación y el de “Occidente contra Rusia”. Este análisis superficial, no explica las razones de fondo de la contienda entre dos bloques -sunita y chiita- detrás de los cuales se alinearon las potencias imperialistas o sectores de estas.

Más allá de estas caracterizaciones -que hemos profundizado en varias notas de nuestro espacio Kurdistán Desde el Sur- el centro de su elaboración es que todo sucede en el marco de la “derrota de la Primavera Árabe”, la cual la invalidaría a tomar partido por alguno de los bandos que combaten en la guerra, ya que como todos están alineados detrás de algunas de las potencias o burguesías regionales, ninguno resulta progresivo.

Salvo que propongamos el “derrotismo” - tampoco lo plantea el PTS- los revolucionarios debemos elegir alguna trinchera para dar pelea por nuestras posiciones desde algún lugar concreto, huyendo del peor de los males, que es el abstencionismo. La compañera no nos da ninguna razón para no ubicarnos -militarmente- del lado de quienes levantan las banderas más progresistas: las milicias kurdas que enfrentan a quienes oprimen a su pueblo.

¿No sería progresivo que los kurdos, que no están atados estratégicamente al carro de ninguno de los imperialismos -como ella admite- triunfen y consoliden un estado o federación de regiones autónomas en el norte de Siria e Iraq? ¿No cuestionaría ese status a los tratados imperialistas que rigen los designios de Medio Oriente, como Sykes Picot, Sevres o Laussane, o al propio Pacto 5 más 1, entre Obama y Putin, que se encargó de reafirmarlos?

Cuando Cinatti se refiere a las posiciones de la izquierda, diciendo que estaría dividida entre quienes apoyan a Bashar y quienes están detrás de las distintas facciones del Ejército Libre, no casualmente evita hablar de los sectores de izquierda -que en Europa y el resto del mundo- apoyamos a la heroica resistencia kurda, enviando incluso voluntarios internacionalistas, varios de los cuales ya han sido asesinados por la metralla de Estado Islámico.

Tampoco dice que algunos de los que elegimos esa trinchera, no nos subordinamos a las políticas de las conducciones frente populistas -como el PKK o el PYD- sino que los apoyamos críticamente. Obviando esto, para Cinatti “el problema es que lo que podía ser correcto a los inicios del conflicto resulta completamente insuficiente a la hora de dar cuenta de una situación actual que tiene todas las características de una guerra por procuración más que de una lucha popular… Y que es producto de la derrota más general de esos levantamientos.”

Por todo esto, los camaradas del PTS se limitan a realizar propaganda acerca de “La necesidad de una posición independiente”, que estaría planteada “en la lucha contra la guerra imperialista, contra la dictadura de Assad y la intervención de Rusia y contra la reacción islamista y su “neoterrorismo”, que no tiene nada que ver con el terrorismo individual de anarquistas o populistas contra el que discutía el marxismo clásico…”

¿Por qué hay que apoyar a las milicias kurdas?

Más allá de los objetivos de los sectores más conservadores del Movimiento de Liberación Kurdo, ligados a su burguesía, la creación de los cantones de Rojava significó, en la práctica, la puesta en pie de organismos de poder popular que sustituyeron a las instituciones burguesas que existían en esa región antes de la irrupción del pueblo kurdo, que aprovechó la guerra para ocupar territorio debido al debilitamiento del régimen.

Sorprende que Cinatti no tenga en cuenta esto ni a las milicias populares. Pero lo más sorprendente es que omita los logros relacionados a cuestiones de género, en un contexto en que las mujeres ven restringidos al mínimo sus derechos, quedando reducidas al rol de madres y esposas. El movimiento kurdo no solo derogó las leyes oscurantistas que hasta los regímenes oficialmente “laicos” -como el del Baath- utilizaban para oprimir a las mujeres, sino que además implantó la paridad en términos de género para los cargos políticos y militares.  

Como conclusión lógica de su completa omisión acerca de las conquistas del movimiento de liberación nacional kurdo en cuanto a la autoorganizacion de las clases populares y la emancipación de la mujer, Claudia Cinatti y el PTS dejan sin resolver la incógnita de cuál sería la fuerza social capaz de derrotar a “la guerra imperialista, la intervención de Rusia y el “neoterrorismo islamista”.

Aunque los compañeros se nieguen a admitirlo, es más que evidente que -a pesar de sus limitaciones políticas, ideológicas y programáticas- es el movimiento de liberación nacional kurdo y los sectores obreros y populares de diferentes nacionalidades que lo apoyan tanto en Siria como en Turquía, quienes están al frente de esta pelea, mereciendo por lo tanto el apoyo de todas las fuerzas que se reclamen revolucionarias o, al menos, democráticas.

Las YPG/YPJ provocaron numerosas derrotas al Daesh y otras bandas reaccionarias; el PKK viene combatiendo al Estado turco, uno de los principales aliados del imperialismo, desde 1978 y sigue siendo considerado una “organización terrorista” en todos los países miembros de la OTAN; las FDS constituyen un polo de atracción para todas las fuerzas que enfrentan a la dictadura de Al Assad en Siria, con la cual  han comenzado a enfrentarse militarmente. 

En ese marco, es especialmente grave que un medio de comunicación de un partido que se reivindica marxista revolucionario no supere el “relato” hiper simplificado que hacen los medios burgueses de la guerra civil en Siria ¡Las fuerzas en pugna respecto a las cuales la nota de Cinatti propone una posición “independiente” son las mismas que podrían aparecer en un informativo de la CNN o una nota de Clarín! La mención del movimiento kurdo parece tener solo una función de “divulgación” ya que no implica ningún posicionamiento político.

Algo similar podría decirse de la crítica hacia “neoterrorismo” islamista. El genocidio del Daesh contra el pueblo yazidi, su violencia sistematizada contra otras minorías étnicas y religiosas y, particularmente, contra las mujeres, cuestiones que no merecen ninguna mención de Cinatti, ya que el eje de su análisis pasa por sus recientes ataques (repudiables no sólo  como  método, sino por su contenido reaccionario) en los países imperialistas.

Poniéndose al margen de todas las partes que intervienen en la guerra, el PTS no hace más que ubicarse -objetivamente y más allá de sus intenciones- junto a las potencias, que están unidas detrás del Pacto “5 más 1” -Obama, Putin y el Papa- cuyo objetivo es garantizar la unidad y gobernabilidad capitalista de Siria, manteniendo lo sustancial del régimen -con o sin Bashar- de manera de continuar saqueando los recursos y mantener el control geopolítico.

Los imperialistas cuentan con el apoyo de las tres potencias regionales más importantes -Turquía, Irán e Israel- porque junto a Bashar, coinciden en tratar de evitar que el pueblo kurdo consolide la autonomía de los cantones de Rojava. ¡Lamentablemente, el PTS terminó ubicándose en la trinchera de los enemigos del pueblo kurdo y sus reclamos nacionales!

Llamamos a la dirección de este partido y de su fracción internacional a rever este posicionamiento, para sumarse a la justa lucha por la autodeterminación del pueblo kurdo y por la unidad de este con el resto de los trabajadores y los pueblos de Medio Oriente, agitando la necesidad de derrotar a las dictaduras de la región e imponer una Federación de Estados o Regiones Autónomas de carácter Obrero y Socialista.

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